LOS CONFLICTOS DE ROGELIO

 

“El cariño prioritario de esta tierra, para todo

 

adulto sano, es el de su pareja. Luche por ella

 

antes que por nadie más”.

 

                                                           Cuanhtemoc       

 

 

 

Rogelio es muy feliz con su esposa e hijas, pero la vida con sus misterios y Dios con su peculiar sentido del humor le juegan una mala pasada.

 

Como buen cubano, Rogelio es un tipo criollo, alegre, profundo, enamorado de la vida, galante, buen bailador; cuida de su hogar y llena de amor a sus pequeñas...

 

Hace años, fue criado Rogelio bajo la tutela “filosófica-callejera-cubana” de un padre machista inculcándole que no dejara pasar las oportunidades con las mujeres.

 

Como todo hijo del medio, pensó en su juventud que el hombre mientras más conquistador, más realizado se siente. Por eso llevó una vida desorganizada y alocada.

 

Con veinte años tenía gran average en cuestiones de mujeres. Así rodó de acá para allá y – como dice José José – “fue de todo y sin medida”, hasta que apareció su princesa, la mujer de su vida, la horma de su zapato...

 

Con el casamiento y nacimiento de las niñas se asentó y eliminó estas escapadas juveniles. Así ha sido por diez años, ¡pero ahí está el llamado de la selva otra vez! Ahí esta esa vocecita demoníaca susurrándole al oído: “No seas bobo, aprovecha, que la vida es un carnaval...”

 

Hay en el fondo, en su interior, un toro salvaje luchando por salir afuera. Es un conflicto interno: una especie de lucha o dilema al estilo de “to be or not to be”. Un angelito diciéndole que se porte bien y sea fiel, y un diablito imaginario (¿o real?), induciéndolo constantemente a la promiscuidad.

 

Entran entonces en conflicto la conciencia y la razón, porque ser adultero tiene ciertas ventajas: es riquísimo andar de conquistador, ¡qué satisfacción llevarse la paloma al vuelo!, ¡Que sabroso tener varios nidos donde saciar el placer carnal! Con qué donaire se camina después de comprobar que el cuerpo es joven aun...

 

¡Qué sentimiento tan “ego – machistico” al recordar esos momentos locos!...

 

Por otro lado están los riesgos de la promiscuidad: los hijos indeseados, las enfermedades contagiosas, etc. Y un descuido no menos peligroso: se desatiende a la pareja. El “picaflor” descuida a la esposa, y no debe ser así, hay que atender el “material” de la casa; ¿qué tal si otro conquistador (implacable) acecha a nuestra hembra?

 

¿Cómo cuidarla de un galán enviándole flores, escribiendo poemas, derrochando detalles?

 

¿Cómo ayudarla a enfrentar firme ese “tiroteo” de galantería tan necesario e imprescindible para las mujeres?

 

Meditando profunda y seriamente sobre el tema, Rogelio llegó a la conclusión de que el hombre “retozón” debe tener estas dos etapas en la vida: La juvenil de amoríos y desenfrenos, y la madura como padre y guía familiar.

 

La primera etapa es para variar el “néctar”, para conquistar, hacer locuras, para entrar de noche por las ventanas...

 

La segunda es para formar un hogar, fundar una familia fuerte y unida, para educar a los hijos...

 

Las dos etapas son importantes, lo difícil es “quemar” cada una en su momento, sin mezclarlas, porque se puede armar un “cortocircuito”. No le sienta bien a una persona madura – hombre o mujer -, rozando los cuarenta, pretender ser un “pepillo” de veinte.

 

Pero la carne es débil - entiendan a Rogelio -, el pobre quiere “quemar” la segunda etapa con sentido común y tranquilidad, ¡pero ahí están las mujeres!, coquetas, apetitosas; con esos vestidos pegados a la piel, incitantes, provocativos; con esos shorts tan cortos que enseñan un poco e insinúan lo demás. No es fácil, la verdad, cambiar la vista. No es fácil esquivar esas miradas femeninas, refrescantes...

 

Rogelio no sabe ya qué hacer, necesita ayuda, Debemos hacer un llamado serio a las mujeres: que no sean tan así, vaya, que es un lío; que sean un poco más consideradas con la moda...

 

Entretanto, no queda más remedio que elevar una plegaria:

 

“Padre, no lo dejes caer en la tentación”.

 

 

 

 

 

                                                                Junio 2000

 

 

El viaje de Rogelio

“.. Vale más comer lechugas con amor que carnes con odio".

PROBERBIO Bíblico

  La idea de visitar Europa es emocionante para cualquier habitante de nuestro continente; y Rogelio no es la excepción de la regla.

  Es impresionante volar varias horas por el inmenso océano Atlántico; sobrevolar París -aunque no se ve la torre Eiffel-, y Frankfurt, y aterrizar al final en Berlín. ¡Es todo un acontecimiento!: El tráfico de las autopistas, las edificaciones modernas con sus tiendas, agencias, negocios, etc.… Todo tan bien organizado, en completa armonía...

  Rogelio visitó no sólo Alemania, sino también los Alpes austriacos, donde la nieve -a más de 3000 metros de altura- nunca se derrite. Visitó Salzburgo, la ciudad de Mozart, y estuvo en Leipzig y Hamburgo.

  El estilo de vida desarrollado es impresionante: la calefacción -a pesar de que era primavera-, los teléfonos celulares, el confort de los vehículos y viviendas, las ofertas de alimentos... A primera vista parece que cabe más gente en este paraíso sin escasez material. Se puede trabajar duro, sin parar, y se puede soñar con toda esa abundancia. Claro, una cosa es verla, y otra obtenerla.

  Se experimentan otras sensaciones también: hay mucho silencio en esa vida próspera y desarrollada: a las 8:00 PM no se oyen radios a todo volumen; las puertas cerradas, cada cual en su casa (o en alguna taberna); se habla casi en un susurro; ningún vecino molesta al otro; no hay visitas casuales, todo está planificado... Se duerme temprano, porque hay que madrugar. Se cena entre las seis y las siete de la noche pan negro con queso, mantequilla y jamón; alguna mermelada y jugo o té. Muy saludable este buffet frío, pero catastrófico para el estómago cubano.

  El amanecer es silencioso: todos salen apresurados a sus faenas; es admirable este pueblo laborioso que edificó un país altamente desarrollado sobre las ruinas de la segunda guerra mundial. ¡Hasta las obras públicas se llevan a cabo silenciosamente! No hay nadie jugando dominó en las aceras; no se escuchan los "Van Van"; nadie vocea a los niños desde un balcón. Nadie avisa, a viva voz que ya está colado el café. Todo transcurre tranquilamente en este lugar próspero y silencioso.

  Los alemanes son muy educados y correctos: saludan, se despiden y dan las gracias por cada servicio recibido; las damas son saludadas siempre primero que los caballeros -aunque el saludo no es tan efusivo como el nuestro, sino que se limita a un apretón de manos...

  Algún otro -no podía faltar alguien con ese conocido aire de superioridad- pregunta cuánto tiempo le queda al socialismo en Cuba. Rogelio prefiere no mezclarse en discusiones políticas, puesto que se siente huésped en un país lejano y prefiere evitar este tipo de conversaciones que casi siempre desembocan en algo parecido a la humillación con que algunos ciudadanos de naciones desarrolladas pretenden tratar a los habitantes del tercer mundo.

  Rogelio - mientras estuvo allá - extraña mucho a su familia, a sus hijas. Diera cualquier cosa por un café bien fuerte y un plato de comida cubana bien sazonada. Con el pasar de los días, el vacío en su interior se hace más profundo. Y en ese país, de tanta abundancia, nada llena ese vacío...

  Ironía de la Creación: pocas veces andan juntas las riquezas espirituales y material...

  Rogelio comenzó a sentirse como una Palma Real, arrancada del suelo patrio y trasplantado en un país frío, diferente: se marchitó por dentro: los días eran más largos; comienza uno a olvidar la riqueza material y a pensar incesantemente en el día de regreso. Se pierden el apetito y el sueño. El “gorrión” sólo se alivia oyendo música cubana o compartiendo con algún paisano.

  Al fin el anhelado día llega. No se duerme la noche antes, ¿quién puede con tanta exaltación?

  Sólo una idea en la mente: llegar y abrazar a los familiares; ir de casa en casa saludando a los vecinos; poner música más o menos alta para alegrarse y para que otros sepan que se está alegre, porque a los cubanos no les basta con ser felices espiritualmente, sino que necesitan expresar esa contagiosa felicidad.

  Quizás sea esa una de las marcadas diferencias entre nuestro estilo de vida y el de los otros países donde abunda la riqueza material...

Parece que el paraíso terrenal -si existe- está realmente donde nacimos, donde se habla nuestro idioma; donde se cocina, se ríe y se llora a nuestro estilo. “Nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino”. Hay quien prefiere cambiar de vino, pero no es el sabor del vino precisamente lo más importante, sino el lugar y el ambiente donde se bebe.

  ¿De qué vale beber buen vino en compañía de personas extrañas que, aunque lo disimulen, nos ven como individuos de segunda categoría? ¿De qué vale vivir en la abundancia material cuando el elemento humano no nos acepta como tales? ¿Qué felicidad espiritual puede haber en un país donde muchos de sus habitantes nos ven como intrusos?

  ¿Ni qué derecho -escribió José Martí- tiene a la seguridad de la patria quien no tiene patria? Quién desee patria segura que la conquiste. Quien no la conquiste, viva a látigo y destierro, oteado como las fieras, echado de un país a otro, encubriendo con la sonrisa limosnera, ante el desdén de los hombres libres, la muerte del alma. No hay más suelo firme que aquel en que se nació".

Mayo 1999


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CUESTIÓN DE PAREJA

 

“De matrimonios débiles, nacen hijos malos“

 

                                                                   José Martí

 

 

 

Hace días presencié - en casa de Rogelio - las maniobras burdas y desesperadas de un revendedor de pescado “fresco” - uno de esos ejemplares de segunda clase, que deambulan por las calles con ensartes de pescado y quieren ganar más dinero que aquel que los pescó -; insistiendo en venderle a la esposa de Rogelio. Ella no lo dejaba salirse con la suya. Ella sabe regatear, lidiar con los vendedores, “devaluar” la ilegal mercancía con tácticas admirables. Ella no es como el buenazo de Rogelio, quien, en estos casos, es tan penoso y paga ciegamente el precio inicialmente fijado por el vendedor.

 

Rogelio presente, sin agregar una palabra. El vendedor – o revendedor, o aspirante a vendedor – desesperado por los fallidos intentos miraba implorante a Rogelio; quizás con la esperanza de que el noble “aflojara la pasta”...

 

Al final cedió por el precio convenido por ella.

 

Cuando se hubo marchado, pregunté a Rogelio cuál era la estrategia. La respuesta me sorprendió:

 

En esta casa cada uno asume las funciones para las cuales es más capaz. Ella trata con los miserables.

 

Cuestión de convenio.  ¿Qué es una pareja, sino dos individuos con un contrato bilateral donde las dos partes, de común acuerdo, asumen y comparten las tareas y retos de la vida?

 

Aunque parezca curioso, entre todas las enseñanzas primarias y superiores, ninguna asignatura hay para aprender a escoger la pareja, ni mucho menos cómo fomentar y cuidar el amor en el matrimonio.

 

La mayoría de los jóvenes entramos a la edad casadera, sin idea exacta de qué queremos realmente.

 

La gran parte somos analfabetos del matrimonio, y, casi por casualidad, aprendemos en la marcha... Muchos no lo logran.

 

Carlos Cuahtemoc escribió: “El cariño prioritario en esta tierra, para todo adulto sano, es el de su pareja. Luche por ella antes que por nadie más”

 

Yo coincido plenamente con él.

 

Los padres, lamentablemente, se van en algún momento de nuestras vidas.

 

Los hijos llegan a la edad de los veinte con ansias de independizarse y fundar nuevos hogares...

 

Sólo va quedando a nuestro lado la pareja. Esa persona escogida por nosotros para el resto de nuestras vidas (“Hasta que la muerte los separe”) La persona con la cual hemos alimentado sueños, planes; hemos reído, llorado; la persona con la cual hemos compartido la crianza de los hijos...

 

El tacto, la obra maestra, el quid del asunto, es escogerla en el momento preciso. Esto parece ser lo más complicado.

 

Escogerla no es lo más difícil, mantenerla es el reto. Mantener la relación joven, sin caer en la monotonía; no dejar morir el amor poco a poco...

 

“El buen éxito en el matrimonio – decía Leland Foster Wood – no depende sólo de encontrar la persona debida; es necesario, también, ser la persona debida”.

 

Dar y recibir. Saber dar y saber recibir. Para merecer amor hay que saber darlo.

 

Hace poco presencié una de esas escenas tragicómicas, donde Rogelio, muy serio, con voz melodramática, le dijo a su esposa:

 

Cuando estas a mi lado, no necesito de la electricidad, pues tu sonrisa lo ilumina todo.

 

¿Exageración? Yo diría: exceso de adulación.

 

Pero, ¿qué hay de malo en eso? La mujer necesita esos pequeños detalles y elogios (varias veces al día)

 

De eso precisamente se trata, hacerla sentir importante.

 

La pareja, en sí, necesita reconquistarse a diario, para no caer en aburrimientos.

 

A base de cumplidos y gestos, mediante los cuales el uno sabe cuan importante es para el otro.

 

No necesariamente debe ser un ramo de flores – aunque ellas lo prefieren – o algún detalle material. También puede ser una nota casual, una postal, o una llamada telefónica, de esas  que yo recibo a veces...

 

Te espero en la casa, en ropa interior, a puertas y ventanas cerradas. Si eres hombre, atrévete a llegar temprano con un par de cervezas frías...

 

Después de un mensaje telefónico de este tipo, ya no coordino nada...

 

¡Eso es cuestión de pareja! Sorprenderlo a él un domingo con el desayuno en la cama - los hijos pueden participar en este “juego” -.

 

Él puede llegar temprano del trabajo y preparar una cena romántica, con velas y vino (aunque sea casero) Nada agradece más la mujer que el gesto que la libere de la tediosa necesidad de cocinar al llegar al hogar...

 

Esa noche él puede pedirle a ella lo que quiera... esa noche no hay negativas...

 

En fin, con detalles, creatividad y disponibilidad para enfrentarlo todo en equipo.

 

Compartir los quehaceres domésticos – aunque debo aclarar algo: no sólo lavar, planchar, limpiar y fregar la vajilla son los deberes hogareños: subirse al tejado a cotejar la antena. Cambiar una lámpara. Ponerse en manos del mecánico por culpa del viejo y destartalado moskowich. Llevar al perro a hacer las necesidades. Cambiar el neumático pinchado. Limpiar la bujía, el carburador, etc.

 

Ciertas mujeres no tienen estos deberes en cuenta. Sean comprensivas, compañeras. Dios nos dio talentos diferentes. Ni le sienta bien al hombre lavar o planchar (a no ser en casos extraordinarios), ni le sienta bien a ellas lavar el carburador del vehículo, o el popular fogón “Piker” con petróleo.....

 

Es bueno compartir, pero con medida.

 

Pero al final, ellas siempre se salen con la suya. Cuando hay visitas, por ejemplo, mi esposa, pícaramente, toma la delantera y dice:

 

Ahora “papi” va a colar ese cafecito rico, especial, como él, sólo él, sabe hacerlo

 

Y allá voy yo, rumbo a la cocina, orondo, hinchado, pensando: “Soy un bárbaro con la cafetera”

 

Ustedes saben de qué les hablo.

 

¡Pero eso es perdonable! Son cosas de pareja.

 

Yo, por ejemplo, nunca encuentro lo que estoy buscando, en casa. Ella siempre viene en mi auxilio diciéndome:

 

¡Si fuera un perro, te muerde!

 

¡Pero hasta ahí! No hay por qué regañar o quejarse.......

 

Muchos matrimonios se van a pique por los constantes regaños de èl o las peleas excesivas de ella.

 

Sólo siendo tolerante, paciente; perdonando los lógicos y humanos errores de nuestra pareja, se puede lograr una relación duradera...

 

Aunque él, a veces, no valore el exceso de trabajo de ella dentro y fuera del hogar. Aunque ella gaste más de lo debido.....

 

Debemos perdonar y conservar el humor:

 

Recuerdo cómo le decían a Rogelio cuando noviaba a los veinticinco. Él solía manejar, con la novia al lado, desviando la vista hacia cuanta muchacha graciosa se cruzara a izquierda o derecha.

 

Ella lo pellizcaba y, poniendo la mano en su cabeza, accionaba un botón imaginario, alegando:

 

Te voy a poner fijo, como un ventilador, a ver si te concentras en el tráfico.

 

Y ella, quizás para molestarlo, señalaba algún galán, diciéndole:

 

El papi aquel es un cuerpo y una cara. “Duro de Matar” III Parte...

 

Así también se evitan los celos dañinos; el celo – temor, el perturbador de la razón y la tranquilidad del hogar.

 

Si hay buen humor, hay optimismo. Si hay optimismo, hay alegría. Si hay alegría, el amor anda cerca. El amor todo lo puede.

 

Cuando pregunté a Rogelio sobre el tema, me señaló hacia el cercano parque: Sentados en un banco, una pareja de ancianos, tomados de las manos, se susurraban frases amorosas, entre besitos tiernos y disimulados.

 

Por los gestos y las miradas, se podía apreciar que la llama, prendida cincuenta años atrás, aun estaba viva y correspondida, sobreviviendo al paso de las décadas, demostrándonos que no es cosa de magia ni de poderes sobrenaturales, sino eso, más que todo, eso: cuestión de pareja.

 

 

 

Septiembre 2002

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                               

 

Crónicas: es una ventana a todas esas reflexiones escritas en la dècada del 90 para la emisora radial Radio Ciudad Bandera -las cuales eran leídas por mi maestro y tutor Arglio Rodriguez G.- y aparecen publicadas en Las Reflexiones de Rogelio I y II..

 

COSAS DE MUJERES

“La mujer siente primero y piensa después”.

                                                                        José  Martí

 

Los tiempos cambian; la era post-moderna actual se cuestiona incluso si Dios es hembra o varón...

Ellas son todo un espectáculo, bálsamo de nuestros corazones, refrescantes a nuestra vista; es realmente interesante verlas...

Las hay de todo tipo: rubias, trigueñas, mulatas, mestizas; delgadas, voluptuosas, pasadas de peso; de buen carácter, egoístas; celosas, coquetas; adulteras, fieles; bonitas, no tan bonitas... y hasta feas...

Pero lo más interesante es escucharlas hablar:

Sin ánimos de espiar, por pura casualidad, escuché lo que una, en medio de sospechosos suspiros, decía a otra:

La tarde está especial para pasarla en un yate, bebiendo cerveza fría, con un “papi” de  verdad.

¿Estará pensando en el marido?

¿Qué quiere decir un papi de verdad?

Misterios de mujeres, uno de los tantos que las envuelven...

Y nosotros, lastimosas criaturas, no tenemos facultades, ni posibilidad de entender siquiera el cincuenta por ciento de dichos misterios.

Algunos hombres especulan sobre ellas; otros ni siquiera llegan a entenderlas; muchos ni imaginan sus artimañas para seducir, conquistar, sus intentos de apareamientos; sus técnicas de “vacilar colirios[1]” – como algunas de ellas llaman graciosamente a los hombres bien parecidos...

Me enteré hace poco del club de admiradoras de un galán de seis pies, piel trigueña, ojos claros; quien va a comer con frecuencia la “Paladar” situada frente a mi casa.

Al principio notaba cierta inquietud en varias damas del vecindario: guiños de complicidad, codazos, miradas de reojo; se avisaban unas a las otras cuando el impresionante “Adonis” arribaba en su vehículo moderno y su teléfono celular.

La más atrevida de todas mis vecinas, fue la dependiente de dicho local. No aguantando más le espetó en plena cara al sorprendido galán:

Niño, estas listo para romper cualquier matrimonio.

¿Qué tal si usted descubre a su esposa asomándose también a echarle un vistazo “rápido, de reojo” a este Antonio Banderas?

Déjeme adivinar: ella alegaría al respecto:

Nosotras sólo miramos por diversión “refrescar la vista”. Ustedes (se refiere a nosotros) miran con maldad, desnudando con la mirada...

Fin del asunto; quedamos “desnudos” ante la acusación directa de ellas respecto a nuestras aparentes disimuladas intenciones morbosas...

Quizás sea el famoso sexto sentido de ellas, que alcanza a sospechar cosas que nosotros no logramos ni imaginar...

Pero, ¿no será cierto?

¡Hay que verlas entusiasmadas con los galanes de las novelas!

¡Hay que verlas abrazadas a la TV, dándole besos a Cesar Évora!

¡Hay que verlas como se “derriten” con Richard Gere en la película “Pretty Woman”!

¡Hay que verlas reteniendo el aliento cuando el musculoso y bien parecido Patrick Szwayze baila en el filme “Dirty Dancing”!

Con razón algunos maridos prohíben la TV en casa. Pero me atrevería a asegurar que sólo es una diversión visual de ellas; un escape cerebral (algo así como un “cráneo”); pero sólo eso, nada más que eso...

Cada una es un mundo, cada una diferente. Unas buenas, otras malas.

Cuando quieren ser buenas, superan a los Ángeles. Cuando quieren ser malas, ni el mismo Diablo esta a salvo.

Pero por otro lado, ¿cómo imaginar la vida sin ellas?

Aunque el poeta diga: “Es imposible caer en sus brazos sin caer en sus manos”; no nos queda más remedio que ponernos en sus manos y rezar para que todo salga bien...

Algunos hombres piensan que ellas son sólo un pedazo de costilla de Adán, ¿y saben qué? : Ellas dicen que Dios para toda buena obra, primero crea un borrador.

Algo más o menos así: nosotros la copia, ellas la original.....

¡Admirable su razonamiento! Típico de mujeres...

¡Hay que verlas entre ellas! Dos mujeres aliadas son peores que una.....

Punto y aparte cuando no se llevan bien. Me divierto muchísimo con la esposa y la madre de Rogelio, quienes viven separadas y se visitan en ocasiones: no más se ven, se saludan, fingiendo un cariño desmedido; se engrifan cual gallos de pelea; no bajan la guardia, no se perdonan una; no descuidan ni el mínimo detalle...

Cuando Rogelio llega del trabajo, su madre alega venenosamente:

Tu esposa llegó hace un rato y se acostó. En esta casa todo esta por hacer.

Por suerte, Rogelio conoce un poquito los intrincados y complicados misterios femeninos y, con aires de suavizar la bélica atmósfera, dice:

No te preocupes, hoy me toca cocinar a mí. Ahórrate la “granadita de mano”

En buen cubano, eso es una “bomba” de la vieja, pero el tema de la suegra, etc., es material para otra ocasión. No quiero desviarme de los merecidos elogios femeninos.

Prefiero pensar en el placer de verlas en nuestras vidas, tal y como son, ni más ni menos...

Prefiero disfrutar con los anhelos de mi esposa  queriendo parecerse a Celine Dion – no por su maravillosa voz, sino por las colecciones de zapatos que la famosa cantante posee.

Prefiero deleitarme viendo a la puertorriqueña Olga Tañon cantando y bailando, moviendo femeninamente aquella figura sexy..., y esa cara de pícara, revelando tantos misterios y sorpresas..., ¡Ay Olguita!...

Prefiero evocar a la delicada Meg Ryan teniendo un orgasmo, durante la cena en aquel lujoso restaurante de Nueva York...

O a Kim Basinger en bikini en la película del “Agente 007”.......

O a Madonna en el video clic de la canción “Like a Virgin” (con aquella mirada sedienta de pecado)......

O a Shakira  meneando la cintura al ritmo del tambor...

Prefiero ver a Rebeca Martínez bailar y moverse sensualmente, con su cabellera rubia cayendo graciosamente sobre sus hombros mientras las mismas mujeres la critican y acusan de plástica  y ficticia; y nosotros locos por bajar de peso con sus clases de aeróbicos.

Hay tantas esferas de la vida donde ellas están presentes..., lo mismo de azafatas a miles de metros de altura, que en las expediciones exóticas en el lejano África; de taxistas en el rudo y diario vaivén de la vida; en fabricas, talleres, en la agricultura y hasta en las milicias..., en fin, en cada episodio de nuestras vidas, en las buenas, en las malas...

Ellas con sus puntos de vista, nosotros con los nuestros; tan parecidos, tan diferentes...

Según dicen: “ellas, cuando nos ven, nos imaginan mejor vestidos; nosotros, cuando las vemos, las imaginamos sin ropa”

Sea como sea, si José José pedía un aplauso para el amor, yo, con todo respeto y admiración, pido un aplauso para la mujer.

 

Agosto 2002


 



[1] “colirio” viene de refrescar la vista

 

 

Personajes "célebres"

 

  En los años de trabajo en el sector turístico, Rogelio ha conocido a muchas personas. Lástima que no se tenga un archivo histórico, pues con el tiempo se irán olvidando las graciosas y tragicómicas anécdotas de guías, chóferes, animadores, maleteros, cantantes, etc. Anécdotas que forman la historia de Varadero.

 

  Podríamos hablar, arguye Rogelio, de Alberto “mentirita”, quien aseguraba pilotear él mismo los aviones en las excursiones a Pinar del Río y Santiago de Cuba; de Mario “el Teufel”, quien siendo animador, lo mismo se presentaba como campeón olímpico de judo que representante de tal o más cual firma; de Omar “el loco”, el simpático y ocurrente guía, natural de Pinar del Río, quien, impaciente y audaz, en una excursión a Guamá, le arrebató el lazo al cazador y, ante el asombro de todos, amarró él mismo al cocodrilo...

 

  Sería injusto olvidar al entrañable guía Saavedra, a quien el guía Noda apodó cariñosamente “Mermelada”. Unos decían, que porque era muy “pegajoso” con las mujeres; otros porque era muy lento. Noda nunca reveló la razón…

 

  Ahí está Pedrito “country party”, quien siendo animador en 1990, se llevó a un grupo de alemanes

 

-clientes del hotel- para una fiesta privada en Coliseo. Después del cerdo asado, las cervezas, la "chispa de tren", etc., se pusieron alegres y comenzaron a manejar por todo el poblado, haciendo círculos, pitando y armando gran algarabía. La autoridad local tomó partido en el asunto. En la estación de policía, cuando preguntaron a Pedrito de qué se trataba aquello, él respondió sanamente: - Esto es una "country party".

 

  Recuerdo también a Julio, animador del hotel "Arenas Blancas". Celebrábase la Convención de Turismo en Varadero (1991), en el área del módulo Atabey-Siboney -hoy hotel "Palma Real"- . Los kioscos ofertaban promociones y bebidas a los turistas. Julio, vestido de forma muy original, se hizo pasar por extranjero para beberse un doble de ron "Habana Club":

 

  • Can I have a drink, please?

      El cantinero, creyendo que se trataba de un turista, con la mejor de las sonrisas, procedió ligero a servirle el trago. Julio lo bebió de un sorbo y, riendo burlonamente, le dijo al barman mientras se alejaba de él:

  • Gracias, asere!

      Otro personaje que ha quedado grabado en la memoria de Rogelio es aquel conocido como el “Puri en la Habana", quien gozaba de una ligera reputación como conquistador de mujeres rubias.

      Se dice que compraba el peróxido él mismo por si alguna trigueña se cruzaba en su camino.

      En una moto alemana, gafas oscuras y guantillas, se paseaba por Varadero -junto a Felipe, un guía de Rumbos, conocido como el "mago"- con cierta baladronearía e inmadurez tratando de parecerse a este personaje del serial televisivo.

      Encontrábase en Santiago de Cuba con un grupo de alemanes que había tenido que quedarse a dormir en esta ciudad la noche anterior debido a una inesperada tormenta. En el aeropuerto santiaguero, dispuesto a regresar a Varadero, se enteró que un compañero de Aerogaviota había decidido desviar el avión charteado a Las Tunas. El Puri no aceptó. Cuando el alto jefe de Aerogaviota lo llamó por teléfono, la discusión se puso acalorada y este le dijo:

  • ¡Yo soy Ragary en Santiago y me roncan los cojones!

      A lo que nuestro personaje contestó:

  • Yo soy el Puri en la Habana y te viro el aeropuerto al revés.

      Luego se supo que el avión no fue desviado a Las Tunas como se pretendió; pero al Puri lo amonestaron al llegar a Varadero, pues, aunque como funcionario de Cubanacán no se dejó quitar la nave, no debió haberse presentado como el Puri, sino con su nombre real.

      Rogelio también recuerda a "Metralleta", quien solía guiar grupos en inglés e italiano. Con gran corazón, quería agradar a todos -algo muy difícil en este mundo imperfecto-. Tratando de ser simpático, preguntaba refiriéndose a su voz:

  • ¿Cómo tengo la estéreo hoy?

      Una vez se pasó con el chiste: en una excursión aérea a Trinidad, al abandonar la nave, le dijo en broma a la aeromoza que al regreso del recorrido por la ciudad, iba a secuestrar el avión.

      La broma le costó tres días en un calabozo, el regreso a Varadero en "botella" y la burla cruel de sus colegas, quienes a partir de ese momento lo apodaron el "secuestrador".

      Pero la más cruel de las bromas fue la que hicieron al chofer Batarelli en 1992 .

      Noda y el Puri recogían clientes en varios hoteles para la excursión a Trinidad por avión. Batarelli peleaba maldiciendo aquella posición a las 6:30 AM, protestando por el "madrugón" sólo para transportar a los clientes hasta el aeropuerto. Noda le dijo que el avión estaba roto y había que seguir a Trinidad por carretera. Esto provocó otro ensarte de maldiciones. Noda, que es tremendo jodedor, le dijo que no se quejara, que al final de Varadero habían construido un pedraplen por el que se llegaba a Cienfuegos en media hora.

      Al terminar la recogida en "Sol Palmeras" -último hotel de la península en aquella época-, Batarelli no dobló en sentido al aeropuerto, sino que enfiló rumbo a Punta Hicacos. Al pasar por el antiguo campamento de pioneros -hoy hotel "Club Amigo"- el Puri y Noda se miraron sorprendidos, preguntándole hacia dónde se dirigía él. Este, ofendido y malhumorado, replicó:

  • ¿Ustedes no me dijeron que por aquí atrás se llega a Cienfuegos?

      Por último, Rogelio agrega que sería lamentable olvidar al ocurrente Bericuti -que Dios lo guarde en la Gloria-, quien contaba historias exageradas como aquella donde él, empeñado en darle caza a un venado, estaba al acecho hacia días sobre un árbol, justo encima del arroyo donde el noble animal solía ir a beber agua. En el momento preciso, se le trabó el arma y no pudo disparar, saltó sobre el venado y asido por los cuernos fue llevado en una carrera de varias horas. Bericuti no quería soltar la presa, y el venado no paraba de correr. Esto comenzó en las cercanías de Coliseo, y según Bericuti, al final de la carrera vio un letrero que decía: "Santa Clara, 5 Km".

    Octubre 2003

 

 

LOS PERSONAJES SIN “suerte”

“Milagro es dar con un hombre que sepa

lo que desea y adonde va”.

                                                          La Bruyere

 

 

En el mundo hay muchos personajes sin “suerte”. Regularmente han tenido trastornos en la niñez; son hijos de padres separados o han sido criados erróneamente, sin disciplina ni limites. Dejan los estudios y van mostrando poco espíritu emprendedor ante la vida...

Este personaje no tiene metas, no piensa positivo. Vive en un mundo irreal; cree que sólo tiene derechos: derecho a comer, a vestir bien; derecho a divertirse...  ¿y los deberes?

Por desgracia, hay un personaje de estos en gran parte de las familias cubanas. Lo típico: un fracasado - o  fracasada - que perdió la motivación y el interés por llegar...

¿Qué hacer entonces? ¿Expulsarlo de la casa? ¿Cortarle el agua y la luz? Porque la lengua se cansa de repetir lo mismo y la vergüenza se harta de oír quejas del comportamiento de este personaje.

¿Habrá que dejarlo por incorregible?

¿Qué tiene en la cabeza una persona adulta, saludable e instruida que se sienta a la mesa cada día sin preguntar siquiera de donde salió el pan?

¿Qué tan considerado es este  “pobre” - miembro del núcleo familiar - que no da las gracias por los privilegios recibidos a través del sacrificio de los demás?

Y los padres - quienes vivían juntos, pero separados espiritualmente -, con la conciencia remordida, por no haberlo preparado para la vida por estar tan ocupados con sus estúpidas vanidades, comienzan a mostrarle una protección y un cariño enfermizo, parecido a la lastima, “porque es que el desventurado no ha tenido suerte en la vida”

Pero resulta entonces que la falta de la célebre “suerte” despierta en estos personajes el deseo de beber y fumar en mayor cantidad, y el deseo de relajar con más intensidad que aquellos que si han tenido suerte.

De esta forma se invierten los papeles: quien menos trabaja, es quien más disfruta.

Estos personajes duermen hasta las once de la mañana. Piden el desayuno con una autoridad que asombra.

Se visten encopetados al medio día cual si fueran a un cabaret. Siempre están frescos. Viven prolongadamente. Su filosofía es simple y demoledora: “Ellos tienen, que me den”. Son como los alacranes pequeños: comen mientras hay, luego se marchan...

Si lo citan para una entrevista de trabajo, no van o se dan lija para perder la oportunidad. Cuando tienen cuatro pesos, se los beben tranquilamente o los gastan en cualquier pacotilla sin importancia. Total: alguien les dará más...

Cuando se les reprende por alguna acción que ha provocado el malestar de otras personas, no recepcionan el regaño. ¡Jamás piden disculpas! No tienen remordimientos por los agravios causados... Así pisotean los sentimientos de los demás. Así envejecen, vacíos por dentro, siendo una carga para la familia y para la sociedad.

¡Pero esto no es lo peor! Lo peor es que encuentran una pareja y traen al mundo a otro aspirante a la “suerte”.

Así llega el pobre bebe, sonriendo ingenuamente, sin saber que le depara su vida sin “suerte”.

Entonces vemos a los abuelos convertidos en padres otra vez; porque parte el alma ver a una criatura (quien no pidió la llegada) careciendo desde un principio. Pero el personaje sin “suerte” no valora esto. En su pequeño cerebro no hay alcance para estas cosas. Gasta tranquilamente lo poco que tiene sin pensar ni siquiera en su hijo. No agradece la ayuda recibida y casi siempre muerde la mano que le da de comer.

Y hablando de morder, me viene a la mente el perro de Rogelio: un ejemplar de medio metro de altura, un miembro más de la familia...

Cuando lo trajeron (hace años) era pequeño e indefenso. Hubo que cuidarlo mucho y aplicarle vacunas para prever eventuales enfermedades.

Hoy es un perro adulto que salta de alegría ante la presencia de los miembros del hogar. Esa es su forma de agradecer lo hecho por el; esa es su forma de expresar cuan importante le son Rogelio y su familia...

Como no puede hacer las compras ni ganar un salario, encontró la forma de ser útil en el hogar que lo acogió: muestra cariño a todos y cuida la casa de todo lo que huela a peligro o pueda dañar su circulo familiar.

Este animalito, inteligente, fiel, AGRADECIDO, encontró su lugar y función en el núcleo familiar.

¿Podrán los personajes “sin suerte” superar el raciocinio del perro?

                                                            Noviembre  1998


 

 

                                                 Proverbio

 

 

 

“Fijador”

"Pobre del ratón que sólo conoce de un agujero".

Proverbio

Mi amigo Joel trabaja en el departamento de Relaciones Públicas de un hotel en Varadero. Es un tipo majo -como dirían los españoles-: agradable, bien parecido, bigote al estilo Freddy Mercury, la mirada pícara e inteligente, estatura media y gran locuacidad. Gran parte de su magnetismo radica en esa facilidad de palabras y en sus habilidades para galantear con las damas del hotel.           

A primera vista alguien podría juzgarlo -injustamente- como a un individuo superficial, teniendo en cuenta su proverbial fama para conquistar a las chicas de la “clientela interna”; pero en realidad es una persona profunda, de buenos sentimientos, caballero y apasionado en las cuestiones del amor. Según él, vino a la tierra a servir a la raza femenina; se considera un paladín del amor prestando servicios de alta calidad

                        - Yo tengo tres mujeres oficiales y varias novias- nos confesó en una ocasión en que almorzábamos juntos.

   Sin caer en egocentrismo nos aclaró que él tiene algo que atrae a las mujeres:

-Yo tengo "pegada" para las niñas- nos dijo mirándonos muy serio.

  En ese momento la dependiente nos sirvió más vino y él aprovechó la ocasión para besarle la mano mientras clavaba su mirada en la de ella. La chica sonrió nerviosamente y se alejó algo turbada.

                        -Esa va "herida" -comentó confidencialmente-; ahora me dicen "cola loca", tengo tremenda "atrapadera de blumers", mi brother.

Como diría Alex, el "junge", Joel destila feromona, una sustancia advertida por las mujeres. Hay algo llamativo en él. Es como un macho en celo, apetitoso, deseable y disponible para las damas en busca de placer.

Pero, ¿cómo las mantiene a todas? No hablo de manutención económica -también importante en asunto de mujeres-, hablo de la fidelidad de ellas. La respuesta de Joel es corta y tajante: “fijador”.

  El es “tipo”, el que verdaderamente le “llega” a las nenas. Las mujeres saben de qué les hablo, pues hace poco una amiga muy cercana me comentó sobre un conocido que "marca" a sus conquistas y deja la huella...

Luego me asalta la duda: ¿qué es realmente esta cualidad? Digo cualidad porque no puedo definirla de otra forma. Mariíta, una buena amiga, dice que es un don y se nace con él...

  Todo parece indicar que se trata de algunos talentos naturales unidos a otras estrategias aprendidas poco a poco en la trayectoria de la vida y aplicadas luego, sabiamente, en cada relación.       .

Joel se autodefine como un hombre de detalles, conquistador, romántico, atrevido y con gran sentido del humor.

-       Conquistarlas no es tan difícil -nos dice-. Lo complicado es darle a cada una lo merecido, sin confundir los gustos y preferencias. Hay un denominador común efectivo para todas: ser caballero, discreto, saberlas complacer en la cama, luego elogiarlas a menudo; celebrar su forma de vestir, el peinado, el arreglo de las uñas; de vez en cuando sorprenderlas con una flor o algún regalito; en fin, hacerlas sentir importantes: escucharlas cuando lo necesiten y ¡nunca regañarlas en público!

Después de escuchar las confesiones de este Don Juan, Rogelio comienza a examinarse para constatar si reúne esos requisitos y siente remordimientos por una ocasión en que "perdió la tabla" y le "metió tremenda descarga" a su mujer sin darse cuenta...

  Luego se percata de que no es perfecto como Joel, pero de vez en cuando piropea a su pareja, le hace regalos sorpresivos y le confiesa cuánto la quiere. Tiene sus altibajos, pero se sospecha que tiene sus cualidades cuando su esposa, por temor a la competencia, siempre dice, donde otras mujeres la oigan, que es de "cañón corto" y tacaño hasta para los orgasmos...

  Esta es una estrategia para que ninguna mujer se fije en él,  ¡cosas de mujeres!

En Cárdenas, los tipos con “fijador” suelen ser la “pastilla” de algunas chicas. Una vez que han intimado y resultado buena química, ellas siempre se refieren a ese “papi” como su “pastilla”, o sea, el tipo que les rompe el esquema, el que les lIega" de verdad, al que nunca le negarán un momento de intimidad...

  Supongo que Joel sea la “pastilla” de muchas de estas conquistadas damas del hotel y de sus alrededores. Se debe competir duro para “tumbarle” una de sus chicas. Lógicamente, se debe ser un tipo con “fijador” para borrar el recuerdo de ese otro romance...o por lo menos se debe derrochar detalles, caballerosidad, sentido del humor, originalidad...

  A las mujeres, después de romper relación con un hombre de estas cualidades, no se les puede conquistar fácilmente. Ellas desvían la vista, inmediatamente, de los tipos mulos y superficiales; precisamente por eso: porque ya experimentaron con un hombre romántico y buen amante. Después de probar un “producto de buena calidad” es difícil adaptarse a las cosas mediocres.

  Según Joel, todos los atuendos colaterales son decisivos; pero el sexo es el “marcador” más importante:

-Puedes llevarla a cenar -nos dice-, regalarle una flor, pasear románticamente bajo una noche estrellada, pero si no eres un “locote” en la cama, todo lo demás pierde el componente perfecto.

Rogelio y yo lo escuchamos con atención, pues queremos aprender de sus artimañas, no ya para conquistar -pues a nuestra edad no sienta bien andar por ahí de “picaflor”-, sino para adquirir experiencia y cuidar nuestro “material” de la casa para que ningún “jodedor” (como Joel) nos “arañe la pintura"... además, en el amor siempre hay algo nuevo que aprender.

Pero todo parece indicar que el “fijador” es una mezcla de cualidades formando un todo y muchas mujeres sucumben, como embelesadas, a esta combinación.

  Lo ideal seria que cada pareja estuviera acoplada y fueran el uno la “pastilla” del otro. Si no lo son, al menos debieran intentarlo una, dos y muchas veces. Lamentablemente, no funciona siempre. Luego están los tipos majos, picaros, como Joel, “prestando servicios” y sosteniendo que, aunque la estadística sitúa siete mujeres para cada hombre cubano, él estima que tocamos a doce por cabeza y defiende las costumbres islámicas (de países arábigos) donde el hombre cohabita con varias esposas y las complace a todas económica, espiritual y sexualmente.

Contrario a esta interesante tendencia, a Rogelio le ha dado por ser “mono vaginal” y dedica todas sus energías a complacer -en todos los terrenos- a su bella y sensual esposa. ¡Esa es su filosofía y debe ser respetada!

Los “picaflores” y los enamoradizos tardíos" (los que no tuvieron veinte y ahora con carro y dinero se creen irresistibles) debieran chequear su nivel de fogosidad, no vaya a ser que quieran abarcar mucho y aprieten poco, o sea, pretender adjudicarse muchas conquistas y hacer luego papelazos... y o, por mi parte, me reservo mi filosofía. Prefiero pasar inadvertido y nunca jactarme. De todas formas, las que dicen la última palabra son ellas. De nada nos vale anunciamos o exhibimos, son ellas, y sólo ellas, quienes al final valoran si tenemos “fijador” o no.

Julio 2005


 

 

 

Rogelio y ELLAS DOS

“Sería más fácil caer en los brazos de la

mujer sin caer en sus manos”.

                                                 Proverbio

 

Ella, la primera, la real, es rubia. Rogelio las prefiere rubias, y en eso hasta yo coincido con él, porque, a nuestros ojos, las rubias - aunque sean pintadas - lucen más sexy, más sensuales...

Pero quien dice rubia, dice castaña clara: esas lucen muy distinguidas y autoritarias... Y quien dice castaña clara, dice castaña oscura o hasta pelirroja, con ojos oscuros y mirada provocadora, ¡esas si se las traen!

Rogelio las prefiere delgadas, con senos pronunciados y carácter agradable. No hay mejor bálsamo para el hombre que una mujer alegre, con sentido del humor. No hay peor cuchillada que una esposa peleona, inconforme, egoísta...

Pero me estoy desviando del tema: Ella, la primera, es de esas mujeres que no olvida el saludo, ya sea el jefe de Rogelio, el vecino o el albañil de la esquina; ella les saluda camaraderilmente con un beso sano, en la mejilla.

Ella, la primera, la real, no es como esas encopetadas y planchadas damas que niegan el saludo por guardar la forma o por no parecer mujeres fáciles...

Ella, la otra, está al doblar de cada esquina. Es delgada, de ojos negros, cabello claro, de carácter afable, siempre presta a reír y a disfrutar sanamente de la vida...

Ella, la otra, la rival, está en “el breve espacio que no esta”; le saluda pícaramente en alguna ocasión, como dejando entrever algo más que un simple saludo. De una miraditas de esas, surge una aventura; de una aventura surge un romance; de un romance surge... quien sabe...

Ella, la rival, es esa muchacha agradable- delgada y de senos pronunciados – que coincide varias veces en la “botella”; aquella a quien Rogelio no piropeo ni enamoro, porque él, en el colmo de la corrección y caballerosidad, opina que es un oportunismo aprovecharse de esa coyuntura para “bombardearla” con proposiciones e invitaciones propias de quien tiene las cartas en su poder y cobra el favor por adelantado.

Ella, la rival, está en la discoteca – aquel domingo de matinée – levantando el vaso de “Cuba Libre”, a escondidas de su acompañante, para brindar de lejos con Rogelio, mostrándole una sonrisa disimulada y provocadora, que el ya no puede olvidar...

Ella, la rival, es esa mujer misteriosa, dibujada en la imaginación de cada hombre, con los rasgos, la sonrisa, tal y como nos gustan de verdad.

Ella, la rival, la otra, es esa muchacha recién divorciada, la misma que le sirve una bebida, casi siempre a la misma hora, casi siempre en el mismo lugar. Y no hace falta preguntar: ambos disfrutan de la compañía...

Ella, la rival, es aquella novia de la adolescencia, de quien guarda gratos recuerdos y la eterna interrogante: ¿Cómo habría sido de no haberse roto el noviazgo?

Ella, la primera, no sabe de la existencia de la otra. Sin embargo, la rival esta ahí, cual fruta prohibida, apetitosa, tan alcanzable... Y el pobre Rogelio eleva un suspiro como quien espera una señal misteriosa...

Entretanto, quedan perdidos en el espacio y el tiempo, el y ellas; ella tan real y perfecta a sus ojos; ellas, las otras, tan irreales, como algo que no llego a ser, o ya antes fue, o no puede ser, porque sólo hay espacio para una: Ella, la primera, la real.

 

16 noviembre 2001