Hely, Junco y José, Miami Beach, Abril 2019

        Mi hermano Hely

          “Ayuda a que la barca de        tu hermano pase al otro lado Y verás como tu tambièn llegarás a la orilla”

                 Proverbio Hindú  

 

Hoy se cumplen 33 años de habernos conocido en aquel invierno frío, en Alemania Oriental. La cifra de años habla por sí sola, con la carga de la experiencia y el simbolismo de la misma -especialmente para mi hermano Hely quien vive fascinado por la numerología, los cambios dimensionales y el mundo esotèrico. 

Nuestros caminos se cruzaron muchas veces en las tres geografías: en Cuba, en  Alemania y en Florida. Siendo así que el destino, la Providencia, nos situó a Hely y a mi de vecinos en Miami décadas  despuès de haber compartido el pupitre, como estudiantes en Alemania. Juntarnos de vez en cuando se ha convertido en una costumbre casi de compromiso obligado, y ahí nos reímos de anècdotas, de situaciones tragicómicas y de paso intercambiamos nuestras respectivas experiencias. Las canas asoman, y los achaques tambièn; y aunque hay cierta complicidad por las aventuras compartidas, no solemos ser muy efusivos.

Mi hermano Hely - el más pragmático y reaccionario de todos nosotros- solía desaprobar nuestra militancia y obediencia a las instituciones. Con el pelo largo -en contra de la lógica que imponía el orden disciplinario de la doctrina socialista- y vestido con moda capitalista, (anti-proletaria), era como una especie de rebelde a quien nosotros siempre defendíamos por su originalidad.- Alguna vez me he preguntado seriamente si no fue èl quien despertó en mí esta inconformidad que me llevó años despuès a abandonar mi país y reinventarme en el Exilio.

 Curiosamente cambiamos los papeles: yo soy el rebelde hoy: no confío en las noticias, ni en las Farmacèuticas, ni en los políticos (ni los de aquí ni los de allá) ; no me fio de los alimentos manipulados a propósito con químicos, etc. No me fio de los líderes religiosos, siempre más cerca de los ricos y poderosos que de los humildes que dicen representar.

 No creo en las doctrinas ni en los rituales, ni en sacramentos inventados por el hombre que más que unir convierten a las congregaciones en sectas elitistas. Creo más en mi interior, en mi conexión directa con el Ser Supremo, y hacia EL dirijo mis Plegarias.

Pero tambièn creo en la Sincronía: y eso es precisamente lo que experimento con mi hermano Hely, en los últimos dos años: en su cambio de proceder. En su espiritualidad, en su compasión y valores familiares. Su despertar de la conciencia -el cual le tomó por sorpresa y èl mismo no entendía- lo acercó más a mi -y a sus seres queridos-... hay un lazo más estrecho. Hay más coincidencia ahora en lo que leemos, en lo que estudiamos. Hay más bondad para los semejantes... más tolerancia y una sonrisa filosófica de aprobación que solo entienden aquellos que han alcanzado cierto nivel evolutivo del alma. Algunos conferencistas la llaman “Sincronicidad” -ni siquiera sè si la palabra es aceptada por la Real Academia Española-: la conexión entre dos o más individuos, o la coincidencia en el tiempo de dos o más hechos…

El viejo “yo” nos conduce a las experiencias mundanas: beber alcohol, comer opíparamente, ver videos, escuchar música alemana de los 80s, compartir relatos, burlarnos de ciertos esquemas. Pero nuestro Yo Superior nos conecta de otra forma espiritual -a veces no comprendida por otros seres que nos rodean y nos conocen de toda una vida. La mitad de las cosas no las decimos: hemos logrado “leer entre líneas”: yo adivino lo que èl no me logra decir, èl interpreta lo que yo le quiero transmitir. Es un lenguaje del alma. Es ancestral, inexplicable. El sabe lo que pienso y yo intuyo el torbellino de ideas invadiendo su mente como quien recièn despierta de un letargo existencial. Lo más interesante es que el Diálogo no tiene testigos: solo somos èl y yo: respetando yo su espacio, su evolución; permitiendo que desande libremente su Leyenda Personal: èl, viejo lobo, ya curtido en la hermeticidad de la Fraternidad, sonríe como un hermano almático que sospecha cada paso del Camino.

En algo no puedo complacerlo, sin embargo: hacerle compañía en cada tramo del Trayecto. No puedo, yo debo andar el mio. Cada uno tiene el súyo. Cada uno es individual. El hará sus descubrimientos -tal y como hice yo los míos- y alguna que otra vez nos sentaremos a dialogar: mitad frases habladas, mitad telepáticas… Llegará a constatar que “cada cosa que piensa, así será su vida”; descubrirá que el “futuro se crea a travès del Pensamiento” y que Dios, la Chispa Divina, está dentro de cada uno de nosotros: por lo tanto no necesitamos intermediarios. Tendrá sueños lúcidos, visiones, desvelos entre las 3 y las 4 AM, y sentirá un impulso inexplicable de conectar con la Naturaleza en meditación y contemplación.

Quizás  para ese entonces le de por aislarse un tanto del mundo físico-material y se aleje de las congregaciones, del ruido exterior, de los banquetes pomposos, del EGO -que nos rodea en cada actividad colectiva-, y se vuelva más diosista, más egoísta, más individual…

Nuestros caminos corren a la inversa, pero se reencuentran en algunos puntos. Cada libro, cada conferencia, abre nuevas puertas a lo desconocido. Las etapas del Despertar afectan nuestro comportamiento de manera similar… y diferente… El está ahora en el nivel de la búsqueda insaciable del Conocimiento, en el crecimiento espiritual. Yo ahora estoy como Sócrates -a pesar de todo lo que he leído y experimentado-: “solo sè que nada sè” Pero disfruto más esta individualidad y la independencia que ella me aporta para actuar y pensar sin ataduras como nunca antes; respetando a todos mis semejantes, a la Naturaleza, al Reino Animal; respetando a mi hermano Hely y dejándolo, por ahora, inmerso en la constantes lecturas; mientras yo, libre, rebelde, tal y como lo fue èl en aquellos años de nuestra juventud, descubro la inmensa soberanía del Ser.

      Miami Beach, Abril 2019

 

Casi todos

                                                                                                                                                                          El "Princeso”: 23 años despuès…

 

iHemos sido bendecidos! Y anoche vimos esa Luz: los mismos amigos de la Miami Beach High School: todos, más de 20, entre parejas y temprana descendencia, reunidos, aquí, en nuestra terraza, celebrando el cumpleaños de nuestro hijo Jonathan. Nos honran una vez más -por sèptimo año consecutivo- con su presencia: en medio de sus compromisos acadèmicos y laborales, manejando largos tramos en el tráfico imposible de Miami y, de paso, haciendo malabares presupuestarios para tener un detalle con su amigo.

Sentimos envidia de la buena cuando los vemos a todos, juntos, cada año, alegres, sabios, estudiosos, ocurrentes, hermosos por dentro y por fuera. Podrían darles una lección de camaradería y lealtad a muchos adultos.

 

Vivian y yo hemos sido premiados con un hijo como Jonathan, quien llegó a este país, con 16 años y se adaptó al sistema bilingúe, al tráfico y superó el desarraigo.

 

Ustedes lo han acompañado cada tramo del trayecto de estos últimos trascendentales años, desde la secundaria, pasando por la experiencia de la heladería donde la mayoría se inició laboralmente y, aunque lo tomaron con el humor y desenfado propio de la edad, no dejó de ser un choque -y un gran aprendizaje- para uds, chicos de buenos modales, tropezar con el abuso salarial y la explotación de un oportunista que se cree un gran capitalista. Uds perdonaron las injusticias de su empleador y se fueron abriendo caminos, hacia el College, primero, y hacia la FIU (Florida International University) despuès, sin descuidar el necesario aporte laboral.

 

Verlos juntos, sin vicios, probando la cerveza, o el vino espumoso con cierta timidez de semiadultos; riendo con los chistes y anècdotas donde cada uno tiene un papel protagónico, en situaciones tragicómicas, pero sin abusar del humor, sin humillarse ni llegar a la burla hiriente nos enorgullece.

 

Observarlos con respeto -mientras Vivian supervisa cada detalle del banquete y yo me encargo de la parrilla- nos llena de inmensa satisfacción. El gran papel de los adultos es guiar a los hijos, a los nietos y a los amigos de los hijos. Nos regocijamos mucho con la compañía de uds. Quizás hay momentos donde deberíamos echarnos a un lado y disfrutar de lejos ese lazo especial, mientras damos las gracias al Creador por esa armonía.

Pero mientras nos lo permitan estaremos ahí, cada año, en cada cumpleaños, en cada graduación, en cada evento, para darles nuestro apoyo y, de paso, contagiarnos con la buena vibra y ese espíritu de emprendedores que los hace grandes y únicos.

 

                             Miami Beach, 14 de Julio 2018

                                Vivian y Josè

      El último abrazo  

                                                  

La última vez que vimos a nuestro querido amigo Andreas, el pasado mes de abril, habíamos cenado la noche antes, juntos en la terraza, asado argentino-cubano y habíamos tenido una amena charla con su esposa Sylvia y mi esposa Vivian, tal y como hicimos en los últimos 24 años.

Al otro dia salí de carrera a mi trabajo. Le di un último abrazo al viejo amigo. Sus abrazos eran sinceros, extendidos, como los de un niño grande: de esos que transmiten amor, lealtad y una sensación sobrenatural de que nos conocemos de vidas anteriores; un sentimiento extraño que aún hoy no he logrado discernir.

Nuestro próximo encuentro sería en junio, como siempre: èl en medio de mil pendientes, aquí y allá, en los cuales ya ni siquiera podía ayudar por mi apretada agenda de trabajo.

El domingo 13, amaneciendo, me llegó el texto de Sylvia: Andreas había fallecido…

Salía yo a mi excursión de domingo, despuès de mis oraciones matutinas. Miles de cosas vinieron a mi mente mientras el llanto apenas me permitía conducir prudentemente...cómo nos conocimos en Cuba, hace más de dos dècadas y cómo fue mi guía y hermano mayor en todos estos años…

No recuerdo haber sentido un dolor tan inmenso, desde la muerte de mi padre en el 2000: esa sensación de vacío, de inquietud… y llorè, llorè largo y tendido… pensè que me ayudaría a desahogarme, pero no, el dolor y la incertidumbre no me abandonan…

Ni siquiera cuando hablo con Sylvia, o con mi esposa Vivian, o con los amigos en común. Me ofrecí a volar de inmediato a Alemania, pero Sylvia me ruega que me quede aquí...ella prefiere el silencio, la privacidad y quizás un Funeral sencillo para su excepcional esposo.

Ella me pide que la ayude en la Florida con otros asuntos, con el idioma y  trámites que en estos casos siempre quedan pendientes.

 

Mi misión es llorar al viejo amigo desde mi rincón solitario: sin aspavientos. Recordarlo como fue ; mirar sus fotos y constatar, en mi angustia, inconsolable, que en mi puesto de trabajo cargo los dos libros en alemán que me fueron obsequiados por èl….

 

No puedo apartar de mi mente ese último abrazo, a pura carrera: ese gesto cálido que nos dispensan nuestros seres queridos cuando vamos de salida, a toda prisa, y nosotros, mirando el reloj, lo acortamos creyendo quizás que más adelante habrá momentos como esos…

Ese último instante me persigue cada noche cuando me desvelo y lo primero que viene a mi mente es la tragedia de no volver a verlo : no tener a mi eterno interlocutor de conferencias, tertulias literarias y discusiones filosóficas.

Ando con una tristeza de muerte: con un gran remordimiento de no haber puesto de lado los compromisos y haberle dedicado un día entero a escucharlo, disfrutando de su charla…

Llorar no me consuela: creo que empeora mi malestar. Dicen que ayuda: a mi no….

 

Mi familia cubana, los amigos de Florida, los de Leipzig, comparten todos un capítulo donde Andreas estuvo presente, a pesar de la barrera idiomática y la diferencia de cultura.

No creía èl -ni yo tampoco- en los rituales de las religiones: he elevado una plegaria, a modo de conversación con mi Dios interno y le he pedido que le transmita a Andreas mi agradecimiento por estos 24 años de amistad, guia y comprensión.

Le he pedido que me perdone por haber sido egoísta en algún momento con mi tiempo y no haber reconocido en mi ignorancia terrenal que Andreas fue un ser superior que Dios colocó en mi camino para ayudarme a crecer espiritualmente, como ser humano, como amigo, esposo y padre…

Esa “conversación” me reconforta  por ahora. Y la he tenido mirando al Sol, con los pies descalzos sobre la Madre Tierra, sin más sacramento o liturgia que mi honestidad y el lazo de amor y respeto que nos unió en vida.

 

A todos los que conocieron a Andreas: sepan que el gran amigo, el buen padre, el invaluable esposo, el exitoso emprendedor,  se fue tranquilo, en su cama, en brazos de su amada esposa Sylvia: su eterna compañera de cada aventura de la vida.

 

Ve tranquilo amigo mío: Gracias por escogerme aún cuando yo no estaba a tu altura!

 

                                                                                    Miami Beach, Mayo 17, 2018

 

 Ensayando la Riqueza

            

                                                 “Si dais la impresión  de necesitar cualquier cosa no os

                                                   darán nada; para hacer fortuna es preciso aparentar ser

                                                   rico.”

                                                                                      Alejandro Dumas

 

Ni le sienta bien al opulento aparentar mendicidad ni al pobre fingir riqueza. Pero, ¿hasta què punto? ¿En què medida deben disimular los poderosos los derroches que parecen una bofetada al resto de los mortales que hace malabares cada dia para sobrevivir? ¿Y hasta què punto debe conformarse el pobre con su paupèrrima condición de humilde asalariado?

La crisis, las guerras provocadas; los desplazamientos: las oleadas migratorias, los bancos, en fin: la “maniobra de la èlite” han puesto a medio mundo patas arriba. Por estos lares el “Sueño Americano” suena más a pesadilla…

En nuestros países muy pocos tienen un Proyecto de Vida definido: la mayoría sueña con emigrar.

Emigrar es el primer paso de rebeldía contra la pobreza y la corrupción. Pero he visto a una paisana que logró exiliarse  y ha chocado con un muro de imposibles: trabajando, sola: con salarios mínimos que rondan los 8 USD la hora, logra ingresar unos 1300 USD al mes. Pero el lugarcito que ha rentado para vivir: el efficiency - como se dice acá- le sale en 900 USD al mes ; con el espacio reducido ( es el área de lo que fue el garaje de la casa), los otros 400 están comprometidos en el seguro mèdico, celular, cable, internet, comida ropa… (no le alcanza para pagar un auto con su respectivo seguro, gasolina y reparaciones)...

Ella mantiene el buen humor y “aparenta” ser rica. Interesante? - Interesantisimo!, diría yo. Es una filosofía de vida sui generis: compra ropas de marca, usada… tiene un perrito de raza -que recibe pedicure y otros tratamientos- de esos que cargan los ricachones que hacen alarde de superioridad. Cuando ella va de compras lo hace en los supermercados más caros de Miami Beach.

¿Está ella enviándole un “mensaje de abundancia” al Subconsciente?

Muchos filósofos y celebridades contemporáneas califican a  la Pobreza como una enfermedad mental. ¿Será cierto?

Mi paisana se niega a reconocerla. Se rehúsa a aceptar la escasez  Se mueve en autobús, pero disfruta del asiento cual si fuera en una limousina, mientras revisa su Iphone 7 ignorando a todos a su alrededor como si de verdad hubiese reservado  un “Tour Privado”....

Vive en un garaje con baño y cocina improvisados -tan pequeño es el espacio que no caben dos personas a la vez- pero ella se imagina en una suite….

Ella no habla inglès ni ha logrado naturalizarse estadounidense, pero pasea su perrito de raza por el barrio con un vaivèn altanero que compite con Jennifer Lopez.

¿Ridículo? ¿para quièn? -supongo que para el que la juzga y siente vergÜenza ajena por su comportamiento algo plástico y superficial...

Pero, a no ser que los aires de superioridad le suban los humos a la cabeza y deje de saludar a los conocidos; a no ser que se meta de lleno en el personaje de Lady Diana latina -con chancleta incluida- y nos mire con desdèn, su “actuación” -mientras no dañe a ningún ser viviente- me resulta curiosa.

Quièn sabe si en uno de esos paseos matutinos por Miami Beach, con ropas de marca y perrito de raza incluido, “disfrazada de realeza”, no se encuentra de pronto con un “príncipe azul”  que la despose y la catapulte de un tirón a la deseada Alta Sociedad.

Al fin y al cabo somos dioses en espíritu dentro de una envoltura humana, con habilidades para manifestar los deseos que fervientemente enviamos al Universo.

 

                                                                                        Miami Beach, Abril 2018

 

 

              El sueño Americano  II

 

                                       “Todos pueden superar sus circunstancias y alcanzar

 

                                        el éxito si tienen dedicación y pasión por lo que hacen”

 

                                                     Nelsón Mandela

 

 

 

Después de 12 años, viviendo, soñando, penando y triunfando en esta tierra de oportunidades, tengo la dicha de asentarme más confiado -en mi negocio, con la clientela segura, la cual me garantiza los ingresos necesarios para vivir holgadamente junto a mi familia- y observar detenidamente mi propia realidad.

 

Mi vecino, oriundo de Carolina del Norte –el único anglohablante de mi círculo de amistades-, insiste una y otra vez en la historia de cómo entrè por la frontera de México en el 2005 con solo 400 USD en mi bolsillo y después de varias horas de arresto, con un Parole (Permiso Temporal para Refugiados) viajè 3 días en ómnibus, con una comida caliente diaria y al llegar a Miami gastè mis últimos 200 USD en el Permiso de Trabajo, de manera que los próximos  meses tuve que trabajar en la agricultura por la “izquierda”

 

Mi vecino insiste en los detalles –vericuetos anecdóticos de los que ni yo mismo me recuerdo- y recalca que yo he logrado el “sueño americano”.

 

   -¿Què es el sueño americano?

 

Difícil definición. Para èl, nacido aquí, propietario de una casa, dueño de un negocio, casado con una buena mujer y con descendencia saludable, esa es la satisfacción de la “meta lograda”. Para millones de inmigrantes del mundo, trabajar aquí, aprender inglés, naturalizarse, votar, tributar e insertarse, es más que suficiente.

 

Para mis amigos cubanos Esther y Alfonso, llegados hace 28 años, el Sueño Americano tiene otro significado: tuvieron sus metas: trabajando 12, 14 horas diarias, acumulando bienes, en aras del “billetaje” –como me contaban cuando iban a Cuba-; desde esos momentos tuve claro que aquí, con 2 o 3 empleos, salud y mente positiva se puede marcar la diferencia. “El país de las oportunidades”, donde, como dicen los judíos: “el límite son las Estrellas”…

 

Así me proyectè yo mis primeros 5 años: 3 empleos hasta lograr fundar un pequeño negocio al que dediquè más de 12 horas diarias hasta quedar posicionado.
Pero Esther y Alfonso tienen hoy otra visión. Ya sea porque el sueño –según muchos- parece más una pesadilla; o porque la vejez y el cansancio cambian la filosofía de vida, ellos no quieren competir por la “quimera” con las condiciones actuales: nivel de vida exageradamente alto (ya ni con dos empleos o un pequeño negocio sobra margen para la abundancia y la opulencia) y muchos otros obstáculos…

 

Estamos atrapados en una espiral de facturas y gastos colaterales cual si estuviéramos corriendo en círculos de noria como ratas de laboratorio; mientras: constatamos que la integridad de muchas instituciones pierden credibilidad, el tráfico empeora por día, la avaricia corporativa  nos mella y la tolerancia humana va camino a la extinción.

 

Hay otro “sueño americano”: el que practican mis amigos: contentarse con gustos simples; disfrutar de los amaneceres en silencio; mirar al sol por varios minutos cada mañana; contemplar la Naturaleza; meditar una vez al día ; en fin: simplificar la vida e ir creando la armonía y su propia Realidad…

 

Si existe el “sueño americano” debe ser buscado individualmente: cada quien  tiene sus prioridades. Conozco paisanos que viven en un cuartico de par de metros cuadrados pero manejan un Mercedes Benz del año que les consume el 60 % de su salario mensual. ¡Y son felices! Sè de mi vecina Ofelia, quien vive en espacio reducido, trabaja en una factoría por el salario mínimo y su meta, haciendo malabares presupuestarios, es enviar cada mes dinero y paquetes a la familia de Cuba. Los hay de toda clase en estos entornos. También hay quien vende el alma y hace lo que sea para lograr la abundancia rápida que lo catapulte a ese escalón ficticio de la “alta sociedad”.

 

Yo me voy apegando más al estilo de Esther y Alfonso: cierto que tuve mi primera etapa… y me quise probar, trabajando sin parar, meses y meses, perfeccionando el inglès, enfocado en posicionarme, en triunfar… pero ando ahora cerca de ese otro estadio: alejado del ruido, de la pedantería y la falsa imagen de triunfador. En esta “realidad del sueño” no es tan importante manejar el auto del año ni usar prendas de marca ni impresionar a nadie. Ya no hay nada que probar. Ahora se trata de algo más simple –sin importar lo que piensen los de aquí o los de allá; sin seguirle el juego a la tecnología, a los comerciales o la competencia banal-: se trata de algo trascendental: se trata, simplemente, de ser feliz.

 

 

 

                                                                           Miami Beach, Marzo, 2018

 

Miami por dentro

 

                                Adiós al silencio

 

                                                “El secreto está dentro de ti”

 

                                                                   El símbolo perdido

 

 

 

A medida que pasan los años, más me apego a la tranquilidad y la contemplación de la Naturaleza; la meditación, la taza de café humeante  en la terraza, disfrutando el aire puro y la vegetación tropical, cada mañana son ya un ritual diario: planto los pies descalzos en la Madre Tierra, miro al Este, encarando al Sol, y doy gracias por todas las bendiciones.

 

¡Què regalo divino esa media hora matutina, a la sombra del árbol de mango! ¡Cuánta armonía!: las palomas silvestres revoleteando a mi alrededor; las ardillas disputándoles el alpiste que les proveo cada mañana; los “regaños” de la cotorra; la gatica de barrio que vive más en mi patio que en el lugar de donde realmente procede…

 

¡Pero mi vecino retirado descubrió la fórmula para “alegrar” su vida: sintoniza una de las emisoras hispanas de Miami y le da todo el volumen el día entero. Mi vecino es buena persona: servicial, respetuoso, trabajador, solidario… además: es su terraza, su casa, su espacio sagrado…

 

No tengo nada en contra de la música; pero cuando me bombardean, cada 2 o 3 canciones con  cinco minutos de comerciales mi psique comienza a intranquilizarse. Por regla no sintonizo las emisoras locales: las de habla inglesa repiten las mismas canciones  (casi en el mismo orden) año tras año. Las latinas no me edifican: reina en ellas el mercadeo exagerado (“aquí lo que importa es el cash”) sin mucha estética. Los comerciales –los mismos, una y otra vez- , en su mayoría, sugestionan a la desgracia: “que si chocaste el carro”, “que si recibiste una multa”, “que si su casa tiene goteras o tuberías con salideros”, “ que si quieres entablar una demanda por negligencia”…

 

En mis tramos de carretera, al volante, uso mis CD, mi propia música, o a veces escucho audiolibros sobre meditación y espiritualidad.

 

¡Pero mi remanso de paz ya no lo es más!

 

Cuando más valoro el silencio –desconocido para mí por tanto tiempo-, èste me es arrebatado casi ingenuamente por mi estimado y sociable vecino, quien cree que por sintonizar música “gratis” a través de la emisora radial, es buena idea dejarse inyectar esa gritería mercantilista de los vendedores de autos, o de seguros, etc.

 

Yo soy respetuoso y compasivo. No me atrevo ni a criticarlo ni a sugerirle mi punto de vista. La evolución es individual y nadie tiene derecho a inculcársela a los demás. Es èl quien se traga toda esa manipulación mediática que nos trata de “convencer” de las “buenas ofertas” y nos pasa, de soslayo, su desesperación por vender.

 

Tendré que madrugar, de ahora en adelante, para disfrutar del silencio de la Naturaleza. Otro revés que debo esquivar con una sonrisa filosófica. Siempre me alejo de los sitios ruidosos, del tráfico neurótico que perturban la armonía, la contemplación mientras mantengo la actitud de agradecimiento para con el Universo.

 

Después de todo podría ser peor: mi vecino escucha una emisora de baladas, ¿se imaginan si encima de los tediosos comerciales también tuviera que soportar un género musical que me desagrade?

 

No es que aplique la fórmula de hacer limonada con “los limones que me caen del cielo”; es más bien ser tolerante, en aras de la convivencia, e identificar el origen de mi intranquilidad; mientras, voy cayendo en cuenta: “el secreto está dentro de nosotros”-como escribió Dan Brown-, pero para hallarlo hace falta el silencio.

 

                                                                    Miami Beach, Marzo 2018

 

 

 

 

 

Veneno Virtual

     

                               “Lo que entra por la boca del hombre  no es lo que le

                                 hace impuro. Al contrario, lo que hace impuro al

                                hombre es lo que sale de su boca.”      

                                                                      San Mateo: 15:11

 

Hace meses que no sé de èl. Somos, ambos, amigos a distancia, pocos efusivos. No nos llamamos a menudo, aunque nuestra Amistad nació hace más de una década: cuando nos iniciamos en el mismo perfil laboral.

Las cosas han cambiado. Según èl: “para mal “. Su crispación, su mal carácter –sabe Dios por cuál de los tantos motivos: tráfico, impuestos, permisos, multas abusivas, incomprensión humana, desconsideración familiar, altos precios de los seguros y del nivel de vida, en general- casi me revientan el tímpano al otro lado de la línea.

Aunque nos vemos poco solíamos filosofar sobre variados temas: desde la ruta del inmigrante, la adaptación, legalización de documentos etc., hasta los temas religiosos y esotéricos.

Viniendo ambos de Cuba coincidimos en ciertos puntos: la profesionalidad y la camaradería; el amor por la familia, el desarraigo, el patriotismo etc.

El volumen de su voz, la indignación de su queja; la frustración e irritabilidad cruzan la línea y se me hace casi insoportable sostener el auricular cerca de mi oído.

Siento compasión por èl: persona de valores, trabajador, familiar, leal, solidario, y no lo puedo ayudar! No se cómo advertirle del daño que èl mismo se está infligiendo. Imagino que si sale cada mañana a trabajar, con esa predisposición, maldiciendo, no le pueden salir bien las cosas. Y no me deja hablar. Esta tan enojado, tan ocupado enumerando las calamidades que no repara en nuestro “diálogo”. Varios minutos después, al escuchar mi tono calmado, comprensivo, cae en cuenta y me pregunta por mi vida, por mi esposa e hijo.

Sólo entonces puedo agregar algo a nuestra conversación. Ya no coincido con èl en su lista de protestas y entuertos. No porque este equivocado. Al contrario: tiene razón en todo lo que me está diciendo. ¡Y eso es lo peor! Soy yo quien ha cambiado. No sé si es la vejez, o los libros que me he leído últimamente. El hecho es que no quiero dejarme arrebatar mi felicidad. No quiero dejarme permear por el veneno virtual.

Es abusivo como se han disparado los precios de la renta, de los seguros de auto, de casas; las coberturas medicas…  ¡Y los políticos locales no hacen nada! Cierto: en este “sálvese quien pueda” los más vulnerables ponen la carne de cañón. Parece un plan premeditado, maléfico, para desalentar, para irritar a propósito. No hay por dónde sacar la cabeza sin tropezar con la corrupción de los políticos, el encarecimiento del nivel de vida, la manipulación mediática. Provoca nauseas ver tanto desamor…

¿Qué hacer entonces?

Puesto que un solo empleo no alcanza para salir adelante con dignidad y opulencia, ni estamos en edad de asumir dos trabajos –como solíamos hacer cuando recién llegamos- o trabajar doce o catorce horas diarias ; hay que buscar la solución dentro de nuestro ser: “La Gratitud es Riqueza, la queja es pobreza”.

Abandonamos nuestros países porque no teníamos estómago para la mediocridad y los abusos de poder. Pero estamos aquí, varias décadas después, atrapados en esta realidad,  “rodeados y con pocas balas”-como dice un paisano. Los anuncios, los comerciales sobre posibles desgracias que involucran accidentes de todo tipo, como que van autosugestionando a la “manada” para el descalabro y la desgracia. Los programas televisados no tienen calidad, ni estética ni edifican.

Los jóvenes parecen idiotizados con los teléfonos inteligentes. Leer el periódico local es una Aventura psicológica, así como ver los noticieros… la Industria Alimenticia manipula los alimentos con pesticidas y químicos: más aditivos y menos saludables. Las grandes farmacéuticas ganan más dinero promoviendo “medicamentos” que lejos de curar del todo causan males secundarios. Es como si “diéramos más negocio” enfermos que sanos…

Sólo nos quedan el amor, la bondad humana y la lectura, a manera de tabla de salvación. Sólo nos queda la Espiritualidad: no la que predica el pícaro de cuello y corbata, cada domingo, a cambio del “diezmo”; sino la que se logra a través de la meditación, la contemplación y el mejoramiento humano.

He decidido no dejarme envenenar “virtualmente” por las noticias desalentadoras ni por las maniobras derrotistas de ciertas instituciones. No voy a emitir queja verbal. Los fariseos modernos, con su manipulación, saben bien lo que hacen.

Hay que cuidarse del veneno virtual: está en todos lados: en las intrigas politiqueras, en la avaricia de las grandes corporaciones, en el comportamiento de algunos semejantes, en la incomprensión de ciertos familiares, en las noticias sensacionalistas, permeadas de violencia y desamor…en el periódico local que recibo cada día frente a mi puerta, y con el cual me mantengo actualizado, pero sin dejar que el “veneno” amargue mi alegría de vivir. Debo estar informado, pero a su vez, debo crear un Placebo Mental que me inmunice contra la manipulación de la Matriz.

Lo siento tanto por mi querido amigo. No sé si èl pueda desintoxicarse. Es un proceso complicado: crearse una coraza espiritual, mágica, para ver solo las cosas buenas: el día precioso allá afuera, el aire puro que respiramos, el amor, la paz y la armonía de los seres Buenos que nos acompañan; y constatar que somos dioses únicos –creados a Imagen y Semejanza de EL- con una mente y un espíritu capaces de rescatarnos de la peor realidad.

 

 

                                                                    Miami Beach, Diciembre 2017                 



 

               El tercer bando

 

                                            “Comer pan sin esperanza es igual a morirse

 

                                              poco a poco de hambre”

 

                                              Perl  S. Buck

 

Con la curiosidad de un ingenuo turista me dedico a observar los cambios económicos y sociales de mi patria. Como un visitante, ajeno, de cierto modo, a quien el gobierno despojó de sus derechos ciudadanos hace una década, me detengo en cada detalle, en cada apertura…

 

Viniendo yo de Miami –donde somos marcados como miembros del Exilio- debo, por “lógica”, pertenecer al bando contrario. Se nos adoctrinó –primero en Cuba- a odiar al “enemigo”, y luego, al llegar a Miami, había que despotricar contra el comunismo para estar a tono con los desterrados históricos.

 

No fue hasta el año 2008  que “desperté del letargo” y constatè que se podía ser neutral y mirar lo positivo de ambas orillas. El Presidente Barack Obama – a quien admiro profundamente- adoptó otras “tácticas” de acercamiento para con el régimen cubano: lo primero fue desmontar las restricciones impuestas a los cubanoamericanos por la Administración de Bush: prohibiciones ridículas que más que castigar al gobierno cubano dañaba el bolsillo –y el corazón- de las familias cubanas en ambos lados. Llegue a pagar 720,00 USD por un pasaje directo de Miami a la Habana con una licencia religiosa (Falsa) en mi bolsillo, mientras moría de vergüenza por “claudicar” ante mis paisanos de “línea dura” que no regresan a Cuba –así se les muera la madrecita en un hospital de pocos recursos- porque sus principios les impiden volver mientras reine el comunismo…

 

Obama le desmontó el negocio a los pícaros de Miami. De ahí lo acusaron de comunista, musulmán, etc. Recientemente le desmontó el negocio (de plaza sitiada) a la Habana con la visita presidencial –acompañado  de su esposa, hijas y suegra- y con su eterna sonrisa desenfadada…

 

Crecimos bajo la amenaza de la invasión del imperialismo: movilizados y adoctrinados política y militarmente. Pero las palabras  de reconciliación del Presidente ante las narices del Comité Central dieron el toque final a la paranoia de la Guerra Fría.

 

Los que abandonamos Cuba hace más de diez años lo hicimos casi en secreto, mintiendo, conspirando…renunciando al regreso. Marcados con la categoría de “salida definitiva”. Pero todo eso cambió! Cierto que la política de acercamiento del vecino del Norte influyó, pero se necesitan dos para bailar un tango.

 

Raúl Castro ha ido creando un sistema donde las aperturas, aunque lentas, se hacen notar. Las causas, la falta de derechos de otrora no son las mismas hoy.

 

Cuando me fui de Cuba era prohibido tener celular, hospedarse en hoteles, rentar vehículos, tener internet, comprar o vender autos o casas, viajar al exterior sin perder las propiedades, etc. Pero más que todo: hay un abanico de categorías de negocios privados donde se pueden desempeñar los ciudadanos de la isla y marcar la diferencia.

 

Acabo de conversar con pequeños empresarios cubanos: dueños de Paladares que facturan entre 1000 y 2000 CUC por día. Señoras ama de casa que rentan dos o más habitaciones. Guías de turismo, especializados, de ciudad y de senderos en los campos: gente emprendedora que, lejos de quejarse, o escapar del país, decidió apostar por un proyecto e intentarlo en casa.

 

Cierto que hay inconformidad generalizada con el sistema de gobierno centralizado. Eso origina lo que yo llamo el “síndrome del escape” –el mismo que sentí yo hace diez años. Dos de cada tres cubanos está haciendo planes para arriesgarlo todo fuera de Cuba lejos de su idioma, de su idiosincrasia…

 

Lo curioso es que están dispuestos a comenzar de cero, con uñas y dientes, en un país extranjero, sin estatus inicial, y sin embargo ni siquiera lo intentan en el lugar donde nacieron y donde conocen todos los mecanismos y “contactos”…

 

En todos los países hay emprendedores y pasivos: gente que aprende a pescar y gente que espera a que otro le regale el pescado.

 

No se trata hoy de ser, inevitablemente, procomunista o anticastrista; de un bando o del otro; se trata de aprovechar la oportunidad y no pasar por alto esa brecha que se abre y por la que muchos cubanos de adentro –y desde el Exilio- se asoman buscando las oportunidades económicas, independientemente de la doctrina política que se profese.

 

A mis compatriotas de la isla les aconsejo que se quejen menos y hagan más. Imaginen que hace diez años nos hubiéramos sublevado contra el gobierno por coartar nuestras libertades y èste, de pronto, nos hubiese concedido de un tirón los derechos a viajar, hacer pequeños negocios privados, comprar y vender casas y automóviles, vacacionar dentro y fuera, tener celular, internet… ¿Cuál sería la excusa para no intentar triunfar y marcar la diferencia?

 

 

 

                                                      La Habana, junio del 2016

 

 

 

 

 




 

       El señor de Hialeah

 

 

 

                     “La gente que muerde la mano que los alimenta, normalmente

 

                       lame la bota que los patea.”

 

                          

 

El señor maldice, colèrico; aprieta los puños, hace amagos de ataques contra el Presidente Barack  Obama, el Partido Demócrata y todo lo que, según èl, huela a “socialismo solapado”…

 

Insultado, intolerante, critica las “dádivas’ del gobierno alegando que el presupuesto está sobregirado en tres trillones y se debe sacar al “negro” de la Casa Blanca, a patadas si es necesario, parando así las “regalías” a las minorías que malviven con ayudas de sellos de comida y otros beneficios.

 

La madre soltera, con tres hijos, desempleada, quedaría indefensa si este señor dictara las leyes. Las familias afroamericanas –cuyo drama acumula siglos de discriminación y marginalidad- no recibirían más los planes para renta subsidiada, ayudas mèdicas, etc.

 

A pesar de su origen latino, el señor está alineado al ala más conservadora del Partido Republicano.

 

En los intentos de varios presidentes estadounidenses por lograr un sistema de salud universal, siempre ha habido oposición por parte de lobistas y republicanos de derecha que ven estos programas sociales como injerencia del gobierno en la privacidad de los ciudadanos.

 

Es una vergüenza que en la nación más poderosa y rica del planeta más de 45 millones de personas carezcan de cobertura mèdica.

 

Es penoso ver a un paciente en fase terminal acercarse al doctor cuando los síntomas ya anuncian el fin, por falta de medicina preventiva. Es contraproducente que las personas se alegren de llegar (al fin)  a los 65 años para recibir cobertura gratis.

 

El señor de Hialeah, al igual que muchos de sus “fervientes patriotas”, aboga por un capitalismo brutal, salvaje, deshumanizado, donde se aparten a los débiles y menos afortunados como si fuèsemos una manada de leones infalibles.

 

Curioso: esa corriente no solo va contra los principios de este país, sino que contradice todos los preceptos cristianos bajo los cuales se escribió la Constitución.

 

Pero más curioso es que el señor mencionado olvidó que hace unos años cuando èl emigró desde Cuba, con los bolsillos vacios, se acogió a una serie de programas de ayuda para refugiados en los que figuraban, precisamente, perdón de pago para sus trámites migratorios, sellos de comida, Medicaid por varios meses –hasta que se insertara- y ahora, en la tercera edad, disfruta del Medicare y de un retiro a través del Social Security.

 

Este señor, y otros que vociferan a diario, acusando a Obama de socialista, disfruta de un plan 8: vivienda subsidiada donde èl solo paga el 30 % de la renta y el Estado cubre el otro 70 %.

 

Resulta que las leyes de los Presidentes Demócratas (Franklin Delano Roosevelt: Social Security, 1935 y Lyndon Johnson: Medicaid y Medicare, 1965) –ambos acusados de socialistas en sus  respectivos períodos- son las que permiten hoy que sectores pobres de la población, salgan a flote  –principalmente en la Florida, el Estado más empobrecido de EEUU-, en medio de la crisis, la avaricia corporativa y el deterioro de la ética de los políticos y los legisladores.

 

Voy a correr el riesgo de que los señores me tilden de socialista y levantarè mi voto una vez más por el Presidente afroamericano que sí entiende del sufrimiento de las minorías y pone la salud y el bienestar de los ciudadanos por encima de las guerras, conflictos y la tan cacareada superioridad de la nación.

 

Voy a poner mi pellejo para que critiquen, aunque los ataques no vengan –como es lógico- de republicanos ultraconservadores que se creen los dueños absolutos del país, sino de paisanos que sin renunciar a los logros “socialistas” demonizan al Presidente Obama desde la tranquilidad de su cómoda posición: con salud, sellos de comida y techo garantizado.

 

 

 

                                                                                                Noviembre, 2013-11-21

 


 

            Pequeños dictadores

 

                                    ¨Aprende a gobernarte a ti mismo antes de

 

                                      gobernar a los otros¨.

 

                                      Solón de Atenas

 

 

 

Como si fuera una asignatura pendiente para la cual necesitamos otro medio siglo de exilio, ejercemos muchos la influencia controladora e insana sobre los demás cuando nos llevan la contraria.

 

Algunos dicen que todos llevamos un Fidel Castro dentro. Otros alegan que no hay peor cuña que la del mismo palo.

 

Nótese la cantidad de núcleos familiares que se deshacen en esta metrópolis. Amistades que se malogran. Uniones conyugales que se disuelven a los 6 meses de haber llegado, después de haber convivido 20 años en Cuba.

 

Unos dirán que la cruda realidad de este lugar nuestro, y extraño a la vez, sacan lo peor de cada uno de nosotros.

 

Mi amigo Rogelio dice que aquí el instinto de conservación es más grande que el amor. No pretendo justificar el comportamiento de los recién llegados. Los hay que no se insertan. Por más que se les explican las reglas locales no las aprenden- o fingen no quererlas entender… Y aquí cada pestañazo cuesta dinero –demasiado preciado y necesario para malgastarlo. Así verán hermanos contra hermanos. Parejas enfrentadas. Padres echando a los hijos de la casa, y viceversa…

 

Como decía el humorista Alvárez Güedez: ¨este país es duro¨. Y se aprende la lección a las malas.

 

Pero abundan los ¨dictadorzuelos¨: esos que llevan media vida aquí y creen que se las saben todas.  Y nunca mejor usada su ¨autoridad¨ que sobre los recién llegados ya sean familiares o amigos.

 

Su criterio se impone y si desobedecemos somos ¨desterrados¨ de su ¨protección¨ ya sea porque no aceptamos el empleo que ellos nos imponen, o porque no compramos en el supermercado que ellos consideran mejor. Se les agradece su interés en ¨alumbrarnos¨ el camino; pero deben dejarnos recorrer nuestro sendero. Tropezar nuestros tropiezos, en fin, hacer nuestra vida con errores y aciertos.

 

Mi primo Omar llego hace dos años de la isla. Vendiendo sus propiedades reunió la suma de 5 mil dólares y con ese capital llego a casa de su tío. Su sueño era comprar un vehículo. La esposa del tío alegó que ella vivió cinco años usando el autobús local y era una arrogancia ¨provinciana¨ pretender adquirir un auto tan pronto. Cuando me pidió consejo le reiterè que como ya tenía dinero, trabajo y permisos debía rentarse por su cuenta y gastar su plata en el sueño que más se le antojara.

 

Y me viene a la memoria el ¨insulto sano¨ de un amigo ¨decepcionado¨ conmigo cuando comprè mi primer celular sólo una semana después de haber llegado a Miami hace 9 años,  porque èl –según dijo- pudo adquirir uno al segundo año de haber emigrado.

 

¡Los tiempos cambian! , no se puede obligar a los demás a vivir bajo las mismas circunstancias que nos tocaron vivir a nosotros años atrás; esos que han vivido décadas cocinando odio y rencor contra el gobierno cubano y decidieron no regresar jamás, no tienen derecho a reprochar a los que vuelven a reencontrarse con la familia.

 

La tan cacareada democracia y libertad de expresión comprende esas decisiones personales.

 

Los ¨sabiondos americanos¨- que a veces ni hablan inglès- no pueden aspirar a obligarnos a comprar el auto de mengano, porque es la Chevrolet –su marca preferida. Tenemos otras opciones de modelos y su conducta dictatorial-a veces ya no tan disimulada- no debe influir en nuestras elecciones, ya sea, en el color de la pared interior de nuestros dormitorios, ni en la marca de ropa ni mucho menos en los sentimientos hacia la patria o la familia dejada atrás.

 

                                                             Miami Beach,  Marzo 2015

 

 

 

 

                         El tío Reynold

 

                                ¨Cuida tu ambición. Puede volar, pero

 

                                          también arrastrarse.¨

 

                                           Edmund Burke

 

 

 

Como quien trae un karma misterioso de vidas pasadas asume con resignación el papel ¨heroico¨ de Santa Claus de la familia dentro y fuera de Cuba.

 

El tío Reynold emigró hace más de 25 años pero su devoción familiar, su altruismo y amor desprendido son dignos de un pedestal.

 

En cierta ocasión me confesó –en un ambiente de complicidad y discreción- que no era su culpa el hecho de que sus diez hermanos no hubieran hecho nada útil con sus vidas. Esa revelación me ratificó su condición humana, pues crecí viéndolo casi como un ser sobrenatural. Reconocer –aunque sin otros testigos y en voz baja como si fuera pecado grave- que se sentía sobrecargado con las carencias materiales de sus seres queridos, me confirmaba que detrás de esa leyenda de triunfador y trotamundos, había un ser de carne y hueso con lados débiles y oscuros como cualquiera de nosotros.

 

Pero como ser noble y solidario se sacude esos pensamientos de dudas y continúa su obra caritativa.

 

Todos debemos diezmar. Hay quien prefiere congregarse en una iglesia cristiana y dar un diez por ciento de su salario mensual al pastor con tal de tener su conciencia tranquila y estar en paz con Dios.

 

   -¡Dios ama al dador alegre!

 

Así dicen los que recogen la ofrenda cada domingo. A juicio del tío Reynold Dios ama al dador alegre, pero no solo aquel que diezma los domingos en el Templo…

 

Reynold prefiere destinar el diezmo a la numerosa familia de Cuba y a los pocos que van llegando a tierras de libertad. Al menos esa ¨ofrenda¨ va dirigida a gentes con nombres y apellidos, no como la otra que se recolecta bajo pretexto de supuestos proyectos cristianos en rincones lejanos del planeta…

 

El tío Reynold surte a los diez hermanos y sus respectivas descendencias con  ropas y zapatos. Siempre atento a los medicamentos sofisticados para la madre y cualquier otro enfermo.

 

Cuando va a Cuba, a parte de la ansiada y esperada ¨pacotilla¨, reparte un dinerito a todos.

 

Hubo épocas en que cada hermano y hermana de sangre recibía un billete de 100 USD: épocas de bonanza miamense donde todo era más sencillo-y más barato- ; luego se redujo a un billete de 50 USD. Claro que los parientes de Cuba no quieren escuchar la ¨talla¨ esa de que se contrajo la economía, o que este país fue azotado por la peor crisis financiera de los últimos cincuenta años. La parentela no quiere razonar con la subida de precios de estos lares.

 

Pero aun así, sin sobrar, haciendo malabares con el presupuesto domèstico, Reynold se las arregla para seguir enviando los paqueticos con ropas y los sobres con carticas (que muchas veces ni se molestan en responder) y 20 USD para cada hermano y 10 para los sobrinos y otros allegados.

 

Cada vez que uno piensa en la familia de Cuba se le oprime el corazón por las carencias y reduce los gastos para destinar 100 o 200 y hasta 300 para repartirlo justamente entre todos los miembros de la familia de la isla.

 

Pero la Naturaleza Humana es bien complicada. De hecho todos somos desmemoriados y propensos al desagradecimiento. Y está bien: uno aprende a vivir en el Exilio, a bregar con el desarraigo, lejos de los amigos, de la tierra y de la tumba de los ancestros, sin esperar nada a cambio…

 

El diezmo es voluntario y ¨Dios ama al dador alegre¨, como alegan los pícaros ¨recolectores¨ de ofrendas dominicales. Pero haciendo honor a la verdad, no existe ningún contrato, ni divino ni humano, que estipule que el hermano que progresó con tesón y sacrificio, en medio de mil penurias, debe echarse al resto de la familia desafortunada al hombro.

 

Hace poco escuchè las críticas y las burlas al tío Reynold por parte de algunos de los ¨poco afortunados¨ en Cuba, porque en las carticas que envía a pura carrera, con cuanto paisano vuela a la tierra, èl echa algunos billeticos de 10 o 20 USD según el familiar y el grado de parentesco.

 

El cree que está dándole una alegría a los ¨pobres¨ que en medio de la escasez y la desesperanza reciben un ¨billetico de la loto¨: una cartica con unas líneas y de paso un dinerito para paliar el día a día. Pero no, resulta que los beneficiados se quejan de la poca cantidad…  

 

¿Cuánto hay que poner dentro de cada cartica para no ser criticado por aquellos que desde sus vidas cómodas no hacen otra cosa que quejarse?

 

Y vuelvo a plantear la pregunta: ¿en què convenio está escrito que aquel que progresó, fuera de su patria, en el frio, en la lejanía, tiene que regresar repartiendo dinero a diestra y siniestra o mantener de por vida a los que no tienen iniciativa y a todas luces parece que no la van a tener?

 

¨El que muerde la mano que le da de comer casi siempre lame la bota que lo patea¨-dice el refrán…

 

¿Será cierto?

 

Conociendo su gran corazón de caballero, miembro de logias esotéricas donde el honor y las buenas costumbres son requisitos indispensables para ser aceptado, no me atrevo a reprochar su inmensa bondad.

 

El que está afuera ve más que el de adentro. O así dicen…

 

Pero Reynold calmó mis dudas cuando me explicó su filosofía de vida y casi de soslayo me dejó entrever que sabe de las burlas y críticas de aquellos que llevan más de 30 años beneficiándose de su ¨diezmo¨.

 

Reynold decreta cada día que su vida es plena y está en sintonía con el Creador. Da las gracias por las bendiciones recibidas y se visualiza en abundancia material y espiritual, dibujando en sus oraciones diarias salud, desenvolvimiento, prosperidad para èl y toda la familia: la inmediata de aquí y la de la otra orilla.

 

Lástima que los burlones de Cuba no entren en sintonía con esa Oración Universal. Quin sabe què poderoso milagro podría ocurrirles si unieran esfuerzos con su sacrificado tío y si la Ley de Atracción o el incomprendido Secreto no les regalaría una vida próspera y abundante.

 

¿Será que lo que uno decreta cada día con la palabra es lo que recibe?

 

¿Será por eso que el tío Reynold –a pesar del lastre emocional- avanza y los burlones mal agradecidos se hunden en la vejez y la desmotivación?

 

 

 

                                                                        Miami, Junio 2015  

 

Mi vecina Ofelia

 

                       

 

                        “Vivir es lo más raro de este mundo, pues la mayor parte de los

 

                          hombres no hacemos otra cosa que existir”.

 

                                                             Oscar Wilde

 

 

 

Con ese gran corazón que caracteriza a muchos de los latinos residentes en el actual Miami, Ofelia pospone sus eventuales gustos personales por el bienestar de la familia en Cuba, ante la cual se siente responsable.

 

Con estoicismo, sacrificio, desprovista de avaricias individuales, pone todo el empeño en ayudar a los suyos a toda costa.

 

Llegó hace 4 años y ha viajado a la isla en 12 ocasiones. Es admirable cómo se las ingenia para “rellenar” sus escasos bolsillos con un par de cientos de dólares –ahorrados en el día a día con mil vicisitudes y carencias- para regresar una vez más como la heroína de la familia, sin más premio que la sonrisa de los parientes por los regalos traídos.

 

Ofelia creció con la falsa creencia, paternalista, que la obliga a asumir las carencias de los parientes aún a costa de las suyas propias.

 

Cada ser humano es un mundo. Cada familia es diferente. Y yo la prefiero así: humana, altruista, desinteresada…

 

Pero los “pedidos” de Cuba se complican por día. Recièn me mostró el listado de “pacotillas” para la sobrina que cumple 15 años próximamente y confieso que me pareció abusivo. Se le va la mano a ciertos familiares: exagerado es el afán de muchos criollos por vestirse de marca o que les recarguen los celulares a costa de los magros salarios del pariente de Miami.

 

A uno le da vergüenza ajena constatar la desconsideración de las “peticiones” seguidas… pero Ofelia no renuncia a su buena obra y casi imbuida por una caridad que compite con la Madre Teresa de Calcuta, ha traído a su hermana y sobrino de Cuba a vivir en su cuartico (efficiency) rentado.

 

La hermana no trajó ninguna calificación que marque la diferencia en el mercado laboral; ni siquiera se molestó en aprender algo de inglès, así que está desempleada. El sobrino ni sospecha lo complicado y caro que es un proceso de reclamación desde la I-130 (450 USD) hasta la legalización de documentos, etc., hasta concertar cita en la Sección de Intereses de Cuba…Ofelia pagando todo aquí y allá: desde el pasaporte cubano hasta los viajes de provincia a la Habana, los chequeos médicos de Cuba (550 USD) y el pasaje aéreo (sobre los 450 USD)…

 

El “señorito” llegó a la “yuma” y se pasa el día sentado frente a la televisión. Su “urgencia” por trabajar y ayudar quizás a su tía no está en su “agenda de trabajo”… Los cuatro pesos que trajo de la Isla-fruto de la venta de último minuto de sus escasas posesiones- los emplea en caras llamadas a Cuba –a la novia que dejó atrás- y en adquirir un teléfono inteligente de última generación con el cual hace alardes de superioridad –muchos obreros en Miami no pueden darse ese lujo- y de paso ocupa su sobrado tiempo libre en navegar en la internet…

 

Pobre Ofelia: cayó en la trampa de la “unidad familiar”. Error de cálculo: olvidó que una cosa es reclamar a un familiar solvente, preparado, con ganas de emigrar y emprender nuevas metas, y otra, muy diferente, es traer a un “ser querido”-que no tiene ahorros ni para el pasaporte- y a quien hay que pagarle hasta la merienda del “viaje”.

 

 

 

                                                                                  Diciembre, 2013-12-11

 

 

 

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Mi amigo Ramón

 

    

 

            “La Amistad es una puerta que chirrea y se traba pero nunca

 

                        se cierra”

 

                        Proverbio

 

En solo unos meses se cumplen 30 años  que nos conocimos en aquella fría madrugada del 10 de febrero. Habíamos salido de la Habana, 40 santiagueros, todos rozando los 20 años, vestidos de traje y corbata, del mismo color, con la ilusión de llegar a Europa.

 

Nadie nos advirtió de las heladas temperaturas de Berlín aquel invierno y los siete grados celcios bajo cero nos dieron la impresión de haber llegado al Polo Norte. Sin guantes, sin bufanda, “derrotados” por el factor sorpresa, sentimos una gran decepcion  al tener que bajar, a plena 5 AM, de la aeronave de INTERFLUG, y caminar con zapatos bajitos por la nieve hacia la terminal.

 

   -El piloto se equivocó de país-decian algunos…

 

Despuès de cruzar la pista en puntillas de pie, por el grosor de la nieve, entramos a la sala y ahí estaban las tres personas que nos recibieron: el sr. Heiduschka, por la parte alemana; el paisano Armando, jefe de grupo cubano y nuestro traductor, consejero, aliado, instructor y entrañable amigo Ramón.

 

Desde el inicio fue Ramón el cubano más experto en asuntos alemanes de aquella época. Durante toda una semana de “climatamiento”, conferencias, chequeos médicos, instrucciones, se nos antojaba que, más que un traductor, era una especie de hermano mayor a quien podíamos acudir no ya solo para preguntas técnicas o relacionadas con la estadía, sino para otras de índole personal que abarcaban consejos filosóficos de la vida hasta carticas de amor que le escribíamos a las alemanas en nuestros impulsos enamoradizos.

 

Supongo que de los 120 cooperantes de la misión cubana en Guben en aquella época, más de la mitad buscó esa relación especial con nuestro amigo y traductor.

 

Pero desde inicio hubo varios aspectos que marcaron nuestra amistad: la lectura, filosofía, religión; la música: la pasión por la guitarra y las canciones de Silvio y Pablo-las preferidas de èl- y las de Pedro Luis Ferrer y el Guayabero-las preferidas mías-. Luego estaba la pasión por Cuba: ese lazo único que une a compatriotas regados por medio mundo; y, naturalmente, nuestra dedicación a la lengua y literaturas alemana.

 

Aunque fue corto el tiempo que lo tuvimos de traductor en Guben, seguimos visitándonos en los años posteriores: a veces venía èl a vernos, otras íbamos nosotros a verlo en Radeberg, Dresden, donde fungía como traductor de la misión cubana.

 

Despuès de la caída del Muro de Berlín, en 1989, regresamos todos a Cuba y nos encontramos unas veces en la Habana, otras en Cárdenas y otras en Varadero. El “período especial” con su sabida escasez generalizada y la falta de opciones laborales obligaron a Ramón a embarcar a su esposa e hijas alemanas en un avión hacia Europa y más tarde èl también se les unió en suelo alemán donde reiniciaron sus vidas.

 

El machete cubano, el coco, la botella de ron Havana Club, el Elegguá en una esquina de la casa, son señales visibles del apego a las raíces…

 

Pero los libros de historia, los CDs de Pablito y la música de fondo de Beny Morè o Celia Cruz, cual si hubiéramos llegado a uno de los tantos locales de la Pequeña Habana, en Miami, nos dan siempre esa cálida bienvenida, junto a la magia de la nostalgia y su proverbial e inteligente buen humor.

 

Por más de tres dècadas de vida casi se nos ha convertido en costumbre verle cada cierto tiempo. Unas veces está haciendo traducciones por encargo, otras está al frente de algún proyecto latinoamericano, y en otras trabaja simplemente como Handy man (Hausmeister) para ganarse la vida honradamente.

 

 No es enemigo del facebook ni de la tecnología de los celulares inteligentes, pero dice que los amigos y seres queridos-en ocasiones- deben dejar el “texting” a un lado y darle prioridad al calor humano y a las relaciones personales cara a cara.¡Cuanta verdad en esas observaciones!

 

Es triste ver a las familias cenando “juntos” en un restaurant, o en casa, y casi todos cabizbajos y taciturnos revisando los mensajes o fotos y videos posteados en facebook o youtube…

 

Ramón no se deja permear por la llamada era de las comunicaciones y apuesta por la unión del hogar a la antigua: el horario de la cena, todos a la mesa, los celulares apagados…

 

Tampoco es hombre que se deje manipular por la moda, los comerciales en boga o alguna otra majadería de la onda cool…

 

La apariencia, la figura ideal, las dietas, los gimnasios, la ropa de marca, las mejores gafas, los autos del año…nada de eso le quita el sueño: su logro más preciado: ¡la familia!

 

Su hija recién licenciada en Economía y su esposa trabajadora y hogareña son sus más valiosos trofeos.

 

En un lugar especial tuvo a sus padres y hermanos en Cuba a quienes nunca dejó de ayudar enviándoles paquetes y mesadas para paliar la escasez y las vicisitudes de nuestra islita.

 

Y me pregunto, en mi correría constante por Miami, donde el tiempo parece no alcanzar, si no será esa la correcta filosofía de vida.

 

Su modesta casita, sin  alardes de lujo, o muebles caros, es cálido refugio para el viajero de paso: para mi, en este caso, que vivo al otro lado del Atlántico; y para nuestro otro amigo Junco, quien vive a dos horas de distancia en auto y también regresó en 1990 con su esposa e hijo desde Cuba.

 

Hoy nos separamos los tres, frente a la estación de trenes, como viejos caminantes: cada uno con su mochila de sueños y nostalgias, a cuestas, cargando la promesa de vernos pronto, dándole ánimos al corazón y al alma para que la salud nos acompañe y en 5 años volvamos a reencontrarnos en Leipzig.

 

                                                                     Alemania, junio 2014

 

 

 

 

 

Mi amigo Junco

 

      

 

                                         “Cada uno muestra lo que es en los amigos que tiene”.

 

                                                                  Baltasar Gracián

 

 

 

A veces tenemos amigos de otro tipo: no suelen ser los amigos de primera línea: esos a los que uno llama casi a diario para contarle las penas y los sueños.

 

Pero el tiempo y las circunstancias se encargan de ubicarlos en la categoría de amigos. A veces toma años, pues no es fácil conservar amistades a más de 8 mil Km de distancia.

 

Junco y yo no fuimos amigos desde el principio: solo conocidos a quienes los amigos en común y las coincidencias geográficas nos juntaban cada cierto tiempo en Cuba, o en Alemania. Pero haciendo honor a la verdad hace 28 años que estamos encontrándonos: unas veces yo de visita en Europa, o èl en Cuba; otras en Miami. Y en ese triángulo geográfico han tomado rumbo las vidas de muchos amigos en común.

 

De manera que hemos cenado en mi casa de Cárdenas, Cuba ; hemos recorrido largos tramos de carretera alemana en su auto y nos hemos reencontrado en Miami, tocándome, en esos casos, el rol de anfitrión y a veces hasta chofer cuando èl nos visita.

 

Junto a nuestro amigo común Ramón hemos compartido, ya sea en Radeberg, en los años 80 ; en Dresden en los 90, o en Leipzig en los últimos años…

 

Junco trae ese humor cubano y la picardía criolla que junto a su ética de hombre y amigo, aportan un complemento único a nuestros encuentros “quinquenales”. Junco es el ingrediente indispensable para darle el toque perfecto a nuestros “escapes tembanos”, sanos, cada cierto tiempo. Lo mismo con sus dones culinarios que con su presencia agradable y contagiosa.

 

El mismo se describe jocosamente como el William Levi alemán y posa con sonrisa de hermano mayor para las fotos que luego posteamos en el facebook para el deleite de sus cientos de seguidores.

 

Como una enciclopedia callejera cubano-alemana recuerda cada detalle, dato, nombre, lugar, suceso, de escenas tragicómicas de nuestros años de cooperantes en la R.D.A (Alemania del Este) y las veces que coincidimos en Varadero y en Miami. En especial aquella de un mulato de 6 pies que afirmaba haberle regalado el sombrero a Pedrito, el cantante de los Van Van; y se pone tan “dichoso” que Junco se encuentra a los Van Van en Berlin, en un atraso de vuelo y al preguntarle Pedrito negó rotundamente la leyenda del sombrero…

 

Junco inventó el facebook a principios de los 90, cuando no teníamos acceso a internet ni existían los celulares. El iba cada año a Cuba, con su esposa e hijo, y en medio de sus compromisos con familiares y amigos, llevaba paquetes, dinero, recogía cartas de madrecitas que no veían a los hijos hacia tiempo, y así, de puerta en puerta, con su tiempo, su gasolina, y su gran corazón, conectaba a los amigos dispersos.

 

Si alguien quería saber de alguno de los colegas de Guben, de sus hijos, esposas, de sus familiares en Cuba, etc., Junco era el indicado. Cual hermano solidario o Relacionador Público-como le llamè yo en la década de los 90- se tomaba tiempo de sus preciadas vacaciones para llevar el dinero o paquetes a la familia de algún amigo que no podía ir a Cuba, o para simplemente recoger las cartas que escribían los de allá.

 

Aún hoy Junco mantiene la conexión con muchos de los ex compañeros de clase que se han radicado en Suiza, España, Italia, Londres y Miami.

 

Y en ese andar de casi 30 años he tenido el privilegio de contarme entre sus amigos. He bebido sus relatos y anécdotas-mucho de los cuales he usado en mis libros-, y he recibido una invaluable lección de camaradería, amistad y alegría de vida.

 

No recuerdo haber visto a Junco triste. Nunca. Por más que registro en mi memoria no lo he visto resentido o molesto. Cual “hijo de la viuda” –y mis hermanos saben a lo que me refiero- ha ayudado a amigos, familiares, y a los hijos y viudas en desgracia.

 

Junco es un trotamundos, extrovertido, dicharachero, jovial. Un cardenense de pura cepa. El negrón: un cubanazo. Un  representante de nuestra raza cubana de hoy. Así que me despido de èl, cada vez, casi con la certeza de que me lo puedo encontrar el mes que viene al doblar de la esquina como un alma generosa que da y recibe –o da, y muchas veces poco recibe-, sin perder la gracia ni el calor de  viejo amigo que ha repartido tanto bien que tiene una casa y una mano amiga en cualquier rincón de este mundo.

 

 

 

                                                                             Leipzig, 2014

 

 

         EL sueño americano

 

                                             “La ley del mundo es aprovecharse de los otros, si

 

                                               no queremos que los otros se aprovechen de

 

                                              nosotros.”

 

                                              D.H. Lawrence

 

Por todas partes se respira el descontento de los residentes de a pie –y yo entre ellos…

 

Vivimos tiempos difíciles, de crisis, escasez, etc.; y se puede aplicar la tolerancia, apretarse el cinturón y conformarse con menos: 13 % de desempleo en Miami, y nosotros, los mortales del día a día nos las arreglamos con lo poco que entra y recortamos por aquí y por allá ; pero las grandes compañías no se resignan: por un lado suben los precios para equilibrar sus ganancias con los pocos que quedamos malviviendo ; por otro se especializan en trampas y enredos contractuales donde siempre se perjudica al cliente, creando una desconfianza que raya en la paranoia generalizada y la incredulidad del consumidor por las “maniobras de mercadeo”, o las “dadivas” o “gratuidades” aparentes que siempre generan otro gasto adicional…

 

Pero de todas las “estrategias” –bien manejadas por miserables de cuello y corbata- la más burda es la equivocación en las facturas. Mes tras mes debemos llamar por un motivo u otro al Servicio al Cliente para disputar algún cobro “equivocado”, algún recargo oculto u otra trampa que esquilma una y otra vez el desgastado bolsillo nuestro.

 

Un grupo de listos y pícaros nos robó el sueño americano y nosotros, después de largas jornadas de trabajo –mal pagadas- y horas de tráfico en esta metrópolis sobrepoblada, tenemos que protestar por los recargos injustos o disimulados; y cuando ganamos esa pelea –despuès de ser transferidos por varios departamentos y perder más de media hora en el teléfono-escuchamos una simple disculpa al otro lado de la línea achacando la culpa a un “error de sistema”…

 

Nos robaron el sueño americano, pero la pesadilla que nos queda se nos hace menos llevadera por la avaricia de las grandes corporaciones.

 

¿Qué hacer entonces: estudiar leyes?

 

¿Aprender trampas como ellos?

 

¿Sumarnos  a los miles de indignados?         

 

                                                     Miami Beach, 2011  

 

 

            Medio Siglo

 

                                      ¨Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y

 

                                        más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y

 

                                        esperanza¨.

 

                                        Alfred Tennyson

 

 

 

  • Yo tengo fe en las buenas intenciones de Obama, pero no en las de los Castro –así opinó una residente cubana quien fue entrevistada en la calle 8 de Miami por esto días.

 

Dudas, reservas, frustración, esperanzas…más de 11 millones de cubanos de la isla esperando por esta ¨tabla de salvación¨ como si fuera destino geográfico –o histórico- que ambas naciones se reconcilien al fin y el intercambio sea pleno y en cada uno de los terrenos donde se pueda cooperar.

 

EEUU tiene el capital financiero y la infraestructura para sacar a Cuba en corto plazo del desastre económico en el cual ha sido hundida en estos 56 años de doctrina marxista igualitaria. Pero Cuba tiene el capital humano, el personal calificado para interactuar en muchas esferas con el vecino del Norte.

 

La Habana estaba predestinada desde los siglos XVII, XVIII y XIX a ser una de las capitales más conocidas y desarrolladas del mundo. Para finales de 1774 el primer censo habanero arrojó cerca de 171 mil habitantes de los cuales casi 44 mil eran esclavos. Solo superada en densidad poblacional por Lima y Mèxico pero delante de New York y Boston. En 1837 la Habana fue el quinto lugar del mundo –el primer país de Latinoamèrica- en introducir el ferrocarril. A finales del siglo 19 los teatros Sauto, de Matanzas, Terry, en Cienfuegos y el Gran Teatro de la Habana contaron con figuras de prestigio internacional. De 1902 a 1958 Cuba tuvo un impresionante crecimiento económico, después de casi 400 años de colonialismo español. En la Habana ocurrió el traspaso de poder de España a EEUU y años más tarde, en 1929, se construyó el Capitolio –en los antiguos terrenos del primer ferrocarril- para los poderes legislativos.

 

Entre los años 1930 y 1950 la clase media cubana era la más pujante y mejor posicionada del hemisferio y la isla uno de los mejores 30 países del mundo para radicarse.

 

En 1950 fue el primer país latinoamericano en introducir la televisión y sus ritmos musicales pusieron a bailar a medio mundo.  La Habana recibió en sus lujosos bares y hoteles a prestigiosas estrellas de la época como Errol Flynn, Nat King Cole, Ava Gardner…y producía ganancias hoteleras superiores a las Vegas de la época. En 1958 más de 300 mil turistas estadounidenses visitaron la Isla.

 

Desde el mismo siglo XVI Ponce de León, en su segundo viaje, trajo 6 vacas y un toro de Cuba hacia la Florida, iniciándose así las relaciones históricas entre ambas naciones. De Cuba llegaron la caña de azúcar y el tabaco traído por los emigrantes cubanos después de la fallida guerra de los diez años contra España. Tampa y Key West vieron un significativo florecimiento económico gracias a la industria. En 1890 había más de 200 fábricas de tabaco en Key West y fue electo alcalde Carlos Manuel de Cèspedes, iniciándose un precedente de hispanohablantes en la política local de la Florida.

 

Key West está a solo 90 millas de la costa norte de Cuba. Geográfica e históricamente es el sitio ideal para intercambios comerciales y turísticos.

 

Medio siglo de sanciones y prohibiciones es demasiado. Siempre habrá gente que no está de acuerdo con la apertura, con la reconciliación de ambos gobiernos. Todos cargamos nuestros miedos, nuestras heridas y nuestras victimas de ambos lados.

 

Confío en Obama, en su gabinete y en sus buenas intenciones. Bajo su administración se han producido los mayores cambios en Cuba. Bajo su mandato de ¨mano suave¨ -como lo califican algunos en Miami- se han implementado las reformas de apertura impensables en el sistema comunista cubano. Hacen solo 8 años los cubanos de adentro no podían soñar con la compraventa de casas, automóviles, celulares y computadoras, ni mucho menos viajar libremente e invertir en negocios privados.

 

Algunos lo tildan de cambios cosméticos. Cierto que la nomenclatura sigue en el poder, pero acabo de ver a campesinos de Viñales, Pinar del Rio, rentando caballos a 20 CUC por unidad., ganando unos 100 a 200 USD diarios (salario q anhela casi la mitad de los habitantes de la Florida). He visto meseros ganando unos  50 CUC (unos 50 USD)  al día en las “paladares”privadas y Chef de cocina que han sido contratados por 1500,00 al mes. Señoras, sin afiliación política, en la Habana, Cienfuegos, Trinidad, rentando habitaciones por 25 y 30 CUC la noche, sin más herramientas que un teléfono, una libreta y el ingenio nato del cubano de a pie que a pesar de 56 años de adoctrinamiento marxista no ha perdido ese orgullo nacional que nació hace más de 4 siglos cuando Cuba iba a la cabeza de las naciones latinoamericanas.

 

¿Mucho por hacer? –cierto. ¿Y el culpable de tanto desastre económico? –A nadie parece importarle, máxime cuando todo su aparato discriminatorio que situaba al cubano de adentro como un siervo obediente, dentro del feudo, sin más derecho que no fuera servir sin protestar, ha sido desmontado en menos de 8 años por el hermano menor.

 

Claro que las victimas más desafortunadas claman por un ajuste de cuentas. Hay más de 5 mil empresas, confiscadas sin compensación, a las que habrá que resarcir de alguna forma, tal y como se hizo en Europa cuando cayó el campo socialista. Pero el cubano simple merece este cambio. El cubano calificado e ingenioso de la isla no merece vivir de la limosna del familiar de Miami.

 

Yo apuesto por ese cambio. Si ellos quieren negociar y abrirse  y en esto se beneficia el pueblo cubano, pues bien hecho Presidente Obama… y como para que no se arrepientan, o el ala más ortodoxa dentro del comunismo no se retracte, la administración de Obama adelantó las rondas de conversaciones. Dejémos el trabajo a los expertos ahora, que para esa función fueron electos.

 

¨Sabemos que el cambio es una fuerza regeneradora y creativa –decía el señor Carlos Saladrigas-. Veamos el nuevo entorno con optimismo y esperanza. Si hemos esperado más de 50 años por los resultados de la confrontación, démosle un tiempo prudente al nuevo entorno para producir resultados alentadores¨.

 

 

 

                                                                             Diciembre  2014